SD HUESCA

García ya se siente uno más en la cruzada

La titularidad del portero a los cuatro días de llegar resultó algo paradójica. Él afirma que se ha encontrado «un vestuario unido».

Luis García se ejercita ayer en el campo del Montearagón junto con su compañero Jorge Larrosa.
García ya se siente uno más en la cruzada
JAVIER BLASCO

Luis García lleva varios días en el punto de mira de la actualidad azulgrana. Se incorpora súbitamente a los entrenamientos cuando parecía que los ojos estaban puestos en López Vallejo. Se dice que el toledano viene a prueba pero ficha solo dos días más tarde y el sábado debuta contra el Valladolid. Y lo cierto es que cumple con solvencia a pesar de su comprensible falta de ritmo.


La llegada de García ha sido como un aviso a la plantilla del Huesca para que mejore su rendimiento. Si habiendo ya tres porteros se ha traído uno más, puede deducirse que si es necesario dar bajas en el mercado invernal para hacer sitio a nuevos refuerzos, a la dirección deportiva no le va a temblar el pulso. De hecho, el cuerpo técnico ya ha trasladado a la directiva esta necesidad, aunque de puertas para fuera, como es lógico, se insista en el discurso de que se confía en los que están.


El nuevo cancerbero, de alguna manera, ha sido el aperitivo de esta pequeña revolución que se atisba a corto o medio plazo. Pero García ha tenido un buen aterrizaje porque, como él mismo explica, lleva «algunos años en Segunda División» y conocía ya «a mucha gente aunque fuera de jugar contra ellos». Asegura el espigado guardameta castellano que se ha encontrado un «vestuario muy unido» y que no ha tenido «ningún problema».


Obviamente, al resto de porteros del equipo no les ha parecido una gran noticia que el club haya percibido la necesidad de traer otro especialista en esa demarcación, pero su condición de profesionales les obliga a aceptarlo como parte del juego.


Y García acabó contento de su estreno. No del todo porque no se ganó, pero para el tiempo que había estado inactivo no se le vio mal. Al menos en los goles no pecó. «Siempre se notan sensaciones cuando vienes de no jugar, pero en líneas generales estuve a la altura del equipo».


Porque viendo cómo se puso el partido contra el Valladolid, con cero a dos al inicio de la segunda mitad, lo normal era resignarse a una nueva derrota. «Teníamos todo perdido, pero cuando marcamos el penalti el equipo se vino arriba y logramos empatar poco después. Es cierto que luego aún pudimos perder, pero si Gilvan mete la última que tuvo, que la sacó un defensa de la raya, estaríamos todos contentos. Esa línea de la segunda parte es la que tenemos que seguir».


Regreso a Los Pajaritos


Hace algo más de seis años que Luis García consiguió ascender a Primera División con el Numancia que entonces entrenaba Quique Hernández. El sábado revivirá sensaciones en un escenario conocido donde besó el éxito. «Siempre que se va a un sitio donde has jugado te encuentras con viejos conocidos, amigos, gente del club? pero es un partido más en el que pretendo hacer las cosas bien para ayudar al Huesca. Y digo que es un partido más porque ya he vuelto varias veces allí».


Al Huesca ya no le sirve con empatar todos los partidos que restan. Debe incluir numerosas victorias entre sus resultados si quiere tener esperanzas de salvación. Son las consecuencias de haber sumado siete puntos en trece jornadas. «En esta Liga hay que sumar de tres en tres. Creo que el Huesca está capacitado para ganar en cualquier campo y con ese objetivo vamos a Soria. Plantaremos cara al Numancia con nuestras armas».


Añade Luis García que el equipo no se ha marcado el objetivo de verse fuera del descenso antes de fin de año. «La única meta que se plantea es ir partido a partido. Ahora tenemos que pensar en el Numancia y después en el siguiente. A ver si el punto contra el Valladolid, equipo que va a estar arriba seguro, nos ayuda a traernos los tres de Soria».


En poco tiempo, el nuevo arquero ya se ha imbuido de la filosofía con la que se adoctrina a todo recién llegado. Sus palabras lo delatan: «La imagen que el Huesca proyecta fuera es la de que se trata de un club muy humilde, que está haciendo las cosas bien. Los jugadores quieren venir aquí porque saben que es un club que paga. Muy serio. Se me presentó esta oportunidad y me he venido sin pensarlo», concluye.