El Huesca está afrontando una de esas semanas en las que no hay lugar para los cálculos previos y las circunstancias obligan a realizar adaptaciones rápidas. No están siendo unos días relajados para la libreta de Quique Hernández, que encuentra desafíos a cada entrenamiento mientras prepara una respuesta fiable al partido de mañana ante el Alcoyano (18.00, Aragón TV). Si ya se contaba con las bajas por sanción de Helguera y Josetxo, de los problemas físicos de otros futbolistas y las decisiones técnicas se puede derivar un once con muchos cambios respecto al que se impuso al Guadalajara.

Aunque el entrenamiento de ayer fue, en parte, menos exigente que los anteriores, se reservó al final un espacio para el trabajo de la estrategia en el que se evidenciaron parte de los planes del entrenador valenciano. Sin los futbolistas citados, los recambios más probables son Bauzá y Rivas. El primero, como integrante del centro del campo y el segundo en el eje de la zaga con un Corona que también regresó al equipo contra los alcarreños. La defensa se completaría con Llamas en el lateral derecho y la posibilidad de que entre Garcés por las molestias físicas de Clavero en el muslo. Ayer sí estuvo sobre el verde del IES Pirámide pero con una marcha más baja que sus compañeros.

Además, Rafel Sastre se evadió de los ejercicios del resto para realizar carrera continua, lo que pone de nuevo en la línea de la alineación a un Llamas que está cumpliendo un papel más que notable. Su hermano Lluís y Núñez, aunque integrado en los rondos, no parecen en principio en condiciones de reaparecer en El Collao. Tampoco Núñez, que ayer cumplió su segundo día sin trabajar por unos problemas en la rodilla. Con todo esto, y ya en el plano de las decisiones del entrenador, se podría dar la primera titularidad de Jorge Larena en detrimento de Jokin. Seguirían en el equipo Luis García, Omar, Camacho y Mario Rosas, a la espera de que Roberto o Tariq adquieran el rol de hombre más adelantado. Hernández probó alternativamente con los dos en las acciones a balón parado.

El canterano Rubén Garcés, de 18 años y que debutó en Segunda el 7 de enero en Cartagena afronta con naturalidad la opción de reaparecer mañana en Alcoy. Al menos, su convocatoria es probable. «He estado en la estrategia, y si el míster me da la oportunidad intentaré hacerlo lo mejor posible», comentaba tras el entrenamiento. El de Montesusín, que compagina el primer equipo con los juveniles se muestra «encantado de ayudar» y abunda en el mensaje optimista. «Llevábamos una racha negativa y se ganó, hay que seguir sumando puntos para salvar esto como sea», continúa. Su ilusión, mientras, es «ganarme un puesto con el primer equipo, ir a más y seguir aprendiendo. Puedo ser una referencia para la cantera, que vea que se puede llegar». Hoy, último entrenamiento y viaje a tierras alicantinas.