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SD Huesca-Eibar: la conjura de El Alcoraz
Los azulgranas quieren prolongar el idilio en casa tras la mejoría de las últimas jornadas y reciben sin Javi Martínez a un aspirante a todo.
"La salvación pasa por El Alcoraz". La frase de Antonio Hidalgo, lejos de engordar el largo listado de los tópicos del mundo del fútbol, aparece cargada de sentido. Porque la SD Huesca se agarra a su estadio, con el que se ha reconciliado después de las últimas victorias, y convoca a sus aficionados para unir fuerzas y hacer frente este domingo a un Eibar con aspecto de Primera (18.30, LaLiga TV Hypermotion). Equipo y grada a una para exorcizar el miedo después de que el empate de Gijón (0-0) rescatase a los azulgranas de los puestos de descenso, a donde les ha devuelto la victoria del Alcorcón en Albacete. Un punto volvería a sacarles fuera.
La acumulación de señales empieza a ser halagüeña. Cumplidos 100 días desde la llegada del catalán al banquillo, el Huesca recobra el aliento. Por lo que supuso salir de las cuatro últimas plazas, un logro simbólico cuando aún restan 20 jornadas pero cargado a la vez de significado; por mantener la solidez defensiva con tres porterías a cero en las cinco últimas jornadas; por los triunfos ante Racing de Ferrol y Cartagena. Y por la asunción de que el camino recto para salvar la categoría vincula a futbolistas y técnicos del mismo modo que a abonados y seguidores.
De ahí que se haya realizado un llamamiento ante la cita de este domingo, con actividades en la previa que sirven también para calentar la festividad de San Vicente. Una convocatoria que no es un brindis al sol. El equipo ha dado motivos para creer, más allá de la crisis institucional a la que el club trata de poner coto mientras intenta recuperar el favor de un entorno desencantado y preocupado a partes iguales. Un marco para una cita de elevada exigencia, en la que conviven la necesidad de puntuar para mantener la buena dinámica -Hidalgo lo prefiere denominar "urgencia"- y las carencias que todavía lastran a los azulgranas.
A la espera del deseado delantero, Hidalgo repara en los efectivos de que sí dispone por el momento. Los oscenses aparecen mermados en la demarcación más débil, la delantera, a lo que se añaden la ausencia de Javi Martínez. El de Ólvega, entre algodones por el golpe que sufrió ante el Sporting, pone en duda la elección del técnico para completar un once del que nunca se había caído con el catalán a los mandos, y han sido 12 jornadas. Iker Kortajarena o Javi Mier, que ha atravesado un proceso febril, aspiran a ejercer de recambios y completar la medular de la que formarían parte Óscar Sielva y Kento Hashimoto.
Apenas Obeng y Joaquín Muñoz emergen para perseguir el gol con Vallejo como alternativa. Esta semana se ha confirmado la cesión de Diego Aznar al Valencia Mestalla y tampoco estarán disponibles Abou Kanté y Jovanny Bolívar. El primero, con la puerta abierta y problemas físicos; el segundo, en el Preolímpico con la selección venezolana sub 23. A pesar de que su aportación haya sido más que discreta son bajas allí donde más duele.
Tampoco estarán Balboa, enrolado con Guinea Ecuatorial en la Copa Africana de Naciones, Rafa Tresaco y Rubén Pulido. Seis ausencias que, como mal menor, no afectan a la línea defensiva. Al menos, esta semana se ha recuperado para la causa a Gerard Valentín. Un mes después, ha recuperado la sonrisa a pesar de que su lesión recomiende prudencia.
El bloque de confianza de Hidalgo, aquel que se levantó en la segunda parte de El Molinón, opta a repetir ante los armeros con la salvedad de Javi Martínez. Entonces, el relevo de Obeng por Nieto en el descanso se reveló como una decisión audaz de Hidalgo que armonizó un equipo falto de puntería. La vuelta del lateral castellonense daría aliento físico al equipo. La línea de tres atrás estaría conformada por Loureiro, Blasco y Pulido. El colegiado, el valenciano Ais Reig, provoca temores y temblores. Que no sea el aguafiestas.
