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La SD Huesca se reinicia en Ipurúa
Antonio Hidalgo se estrena ante el Eibar como técnico azulgrana en pos de un soplo de optimismo para enderezar la difícil situación (18.30).
Antonio Hidalgo recoge el testigo de Cuco Ziganda con la misión reanimar a la SD Huesca. El técnico catalán debuta este domingo en el banquillo azulgrana después de apenas cuatro entrenamiento, a domicilio y contra un rival muy exigente, el Eibar (18.30, LaLiga TV Hypermotion). Con poco tiempo para enseñar su libro de estilo a los futbolistas y el empeño de levantar el ánimo de un grupo que tocó fondo en la segunda parte contra el Eldense. La deseada recuperación se empieza a buscar en Ipurúa y el entrenador ha aterrizado con las ideas claras para enmendar una situación crítica.
La derrota con los alicantinos convirtió en insostenible la posición de Ziganda, destituido esa misma tarde. La búsqueda de un sustituto se prolongó hasta que se alcanzó un acuerdo con un preparador que escala dos categorías, desde el Sevilla Atlético de Segunda RFEF, y ha puesto dinero de su bolsillo para asumir el papel de revulsivo. Un rol que ya ha desempeñado en el pasado con éxito. Por delante 32 jornadas, casi un campeonato entero, para salvar a la SD Huesca y corregir los errores que la han lastrado en el inicio del curso. Sobre todo, los males definitorios en las dos porterías. Si no se les pone coto, la salvación puede empezar a complicarse de verdad.
Con escaso margen para cambios profundos, Hidalgo necesita tiempo a la vez que resultados inmediatos. Asoma una SD Huesca de transición, que aspira a mostrar en Éibar virtudes como una defensa más sólida y un ataque mejor armado. Aspectos que son difíciles de mejorar en cuatro entrenamientos, por lo que entra en juego el aspecto mental y el estímulo que siempre acompaña a los relevos en los banquillos. Las ganas de agradar al nuevo míster, de reivindicarse y hacer autocrítica respecto a la etapa de Ziganda también mueven a los futbolistas en una tarde en la que sembrar para recoger en las próximas semanas. El calendario eleva su exigencia, pero en este contexto cualquier partido tiene la misma importancia.
Más que reparar en el Eibar, la SD Huesca se mira a sí misma en un primer tramo de la ruta hacia la salvación que se afronta con cuatro ausencias. El club no facilitó la convocatoria, pero el entrenamiento previo al viaje delató que Jorge Pulido no está en condiciones de jugar, por lo que el entrenador deberá armar su defensa sin la presencia del capitán. Las molestias que sufre en la espalda le han impedido entrenar junto al grupo durante la semana. Le acompaña en la enfermería Gerard Valentín, cuyos problemas musculares se han complicado más de la cuenta.
También pierde Hidalgo a los internacionales Álex Balboa y Jovanny Bolívar. Ha viajado con 21 jugadores disponibles. De todas estas ausencias, la más sensible es la del zaguero. El sistema que ha utilizado de manera más habitual es el 4-4-2, sin que pueda descartarse una defensa con tres centrales. En todo caso, dispone de recursos y alternativas para hacer frente a la baja del manchego, y por delante parece obvio que la dupla conformada por Óscar Sielva y Kento Hashimoto está llamada a dar equilibrio y sentido a la línea medular.
El de Granollers quiere que su equipo amenace más el área rival de lo que lo ha hecho hasta la fecha. Un deseo que pasa por activar de manera continua a piezas capaces de marcar diferencias, como Hugo Vallejo o Javi Martínez, alrededor de Samuel Obeng. La SD Huesca no marcó ni un tanto en la semana de tres partidos ante Sporting, Real Oviedo y Eldense que se llevó por delante a Ziganda.
El Eibar de Joseba Etxeberria ha corregido un inicio pésimo con cinco victorias consecutivas que corroboran el nivel de un bloque que se mantiene respecto a anteriores temporadas con el afán de regresar a Primera. Una racha que intimida y, a la vez, sitúa a los armeros estadísticamente más cerca del error.
