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Castigo a la falta de contundencia

Pere Milla ha evitado que la SD Huesca pusiera el pie en 2020 con un triunfo de gran valor simbólico en Elche. La endeblez defensiva en el empate y la falta de gol explican el chasco.

Gonzalo Villar frena a Sergio Gómez durante el partido de Elche.
Gonzalo Villar frena a Sergio Gómez durante el partido de Elche.
Agencia LOF

El comienzo de 2020 no ha despejado la ‘x’ del rendimiento de la Sociedad Deportiva Huesca lejos de El Alcoraz. El gol de Pere Milla en el minuto 91, de esos que obligan a cambiar las crónicas periodísticas de arriba abajo, pudo modificar también la percepción del partido azulgrana en el Martínez Valero. O no. Frente a los argumentos de este tipo de situaciones, en las que se acude al lugar común de que se han perdido dos puntos en el último suspiro, el análisis del choque evidencia un duelo parejo que pudo resolverse con el latigazo de Mikel Rico y estuvo en las botas de Juan Carlos cuando Edgar Badía se interpuso entre el gallego y el 0-2.

Entonces, lo que separó a los de Míchel Sánchez de un triunfo visitante fue la poca contundencia y la gestión de los últimos minutos. Tras una primera parte en la que los dos contendientes decretaron un alto el fuego, la SD Huesca se encontró cómoda con una renta que acarició y protegió hasta que el entrenador local, Pacheta, y sus cambios desordenaron a una zaga hasta ese momento casi impoluta. El desarreglo defensivo en el 1-1 remitió de inmediato a las tardes aciagas de Lugo, Fuenlabrada o Miranda de Ebro. Con el agravante del reloj. Como el día del Racing en casa, pero a la inversa.

A los aragoneses les faltó determinación. En unas fechas de tradiciones, rompieron la norma que dictaba que ganaban siempre que se habían adelantado en el marcador. Al menos, sumaron a domicilio por primera vez sin la necesidad de dejar la portería a cero. El paso de los días matizará el regusto amargo de estas tablas en un equipo que debe aprender a saborear el valor de los empates visitantes. Como coincidieron Míchel y Pacheta en los días previos, comienza otra liga. Traducido: cada punto se sudará el doble.

Pere Milla se interpuso en la elaboración de una victoria que habría tenido más valor por lo simbólico que por lo futbolístico. El chasco final puso en primer plano la dificultad que agarrota a la SD Huesca para delinear partidos completos en la que sigue siendo su gran asignatura pendiente. En una fecha en la que el Elche se encontró con un regalo que las estadísticas juzgan justo, con ocasiones y posesiones similares. Pero el enfado es de los que cuesta interiorizar.

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