Míchel Sánchez extrajo conclusiones positivas del triunfo copero de la Sociedad Deportiva Huesca en Laredo (0-1), un partido que ya anticipaba "complicado, en un campo de reducidas dimensiones y no en el mejor estado. Hemos roto la dinámica de las dos derrotas, con gente que no había tenido minutos y ha tenido buena actitud". En el debe de los azulgranas, la "falta de fluidez"; a cambio, "jugadores con menos ritmo de competición han hecho un esfuerzo tremendo".

El preparador entendía incluso el mal rato al final, puesto que "si íbamos con el marcador justo iba a ocurrir, ellos han tenido una clara y a un partido sabes que se puede sufrir". El Huesca depende de "que el equipo juegue bien y tenga buenas sensaciones. Hay jugadores con gol y me alegro por Cristo, que lo necesita y es bueno que haya marcado desde el banquillo. Nos tienen que dar gol futbolistas de la segunda línea. Hemos generado menos de lo que pensábamos pero pudimos marcar antes".

Lo importante, en suma, "es haber ganado y que la gente con menos minutos haya mostrado un buen rendimiento" en un formato de la Copa del Rey que es del gusto de Míchel: "Se podía jugar en césped natural y frente a un rival que ha hecho su trabajo".

Los cambios no estaban prefigurados por el técnico, sino que "han sido pensando en el partido, buscando más fluidez con Eugeni y una segunda punta con Cristo. El tercero iba a ser Ferreiro y ya pensamos en el Real Zaragoza". Será el del domingo "un derbi muy esperado, con una motivación especial. Hemos roto una mala dinámica y espero que el domingo demos nuestra mejor versión ante nuestra gente para sumar los tres puntos".

La SD Huesca conocerá este viernes su nuevo rival en la Copa y la segunda eliminatoria, de nuevo ante un rival de menor entidad y a partido único, se disputará el fin de semana del 11 y 12 de enero. "Es una plantilla larga y seguiremos trabajando igual, hay que tener a todo el mundo al 100 %", añadió. El técnico está pendiente de Pablo Insua, que podría haber sufrido una fractura en el tabique nasal.