“Trabajo, trabajo y trabajo”, la fórmula de Rico en su regreso nueve años después

Hace casi nueve años, Mikel Rico se despidió de la Sociedad Deportiva Huesca en una sala de prensa que ya no existe, entre compañeros que ya no están y dirigentes y técnicos que han tomado otros rumbos. Nueve años después, el centrocampista vasco regresa al club azulgrana como un futbolista consagrado llamado a resultar muy importante dentro y fuera del terreno de juego. Este lunes se ha presentado; o, mejor dicho, se ha reencontrado con la prensa y un estadio donde jugará muy pronto con una máxima: “Trabajo, trabajo y trabajo”.

Un modo de desarrollar su profesión que, con 34 años, le mantiene en una forma física envidiable de la que dan fe los entrenamientos que han tenido lugar hasta el momento. Acompañado por el director deportivo, Rubén García, el pivote ha desgranado los motivos de un retorno “sencillo” y deseado por las dos partes. Será jugador de la SD Huesca hasta 2021 y García le ha definido como un futbolista que “representa los valores que todos queremos para este Huesca. Nadie puede dudar de su trayectoria, en el día a día es un ejemplo para los futbolistas y estamos orgullosos de que nos guíe en esta etapa que espero que sea muy feliz”.

Mikel ha explicado que en esta tercera etapa, pues en la temporada 2008/09 estuvo de vuelta en el Poli Ejido para regresar al curso siguiente, se encuentra “incluso con más ilusión” y que “cuando sales de un sitio que has estado a gusto, sabes que hay una opción de volver”. El club y el jugador han cambiado mucho durante este tiempo, “pierdes y ganas cosas y el fútbol te marca el camino que sigues”.

Entre aquel futbolista y este se ha dado un crecimiento expuesto tanto en el Granada como en el Athletic de Bilbao. “Cuando eres joven eres más descarado y sinvergüenza, con menos responsabilidad. De mayor ganas más experiencia y otras cosas, han pasado muchos años y compañeros y tratas de quedarte con lo mejor de cada cuerpo técnico”, ha añadido con el bagaje de tres cursos con lo andaluces y seis con los vizcaínos.

Mikel Rico tampoco traza el objetivo claro del ascenso. Su carrera le ha enseñado que “primero se ha de hacer una plantilla competitiva, pues 18 clubes hacen equipo para subir y lo consiguen tres. Hay que ser humilde y trabajar”. De momento, se ha encontrado con “muchos cambios y casi todos buenos. No quedan compañeros pero sí gente del club, se ha mejorado mucho e instalaciones, el IES Pirámide tiene dos campos y gimnasio y El Alcoraz ha quedado bonito y coqueto, el césped está perfecto y siempre apetece jugar”.

El acuerdo entre el club y el jugador ya se había producido antes del verano y se había postergado su anuncio “para estar tranquilo durante las vacaciones”. Un periodo durante el que ha seguido el desarrollo de la Operación Oikos. Ahora está al margen, “lo está el club y nos mantenemos muy tranquilos”.

Físicamente se encuentra “bien, lo mismo con balón, adaptándome y tratando de mejorar. Míchel quiere un equipo protagonista, con y sin balón, alto y que no se encierra, transmite ideas interesantes. Vengo a dar lo máximo y a jugar donde crea el míster que tengo que hacerlo”. El vizcaíno se compromete a aportar “trabajo, trabajo y trabajo. Habrá días buenos y malos pero el trabajo no va a faltar".

La ambición que se atesora como uno de los ingredientes para aspirar al regreso a Primera no le supone al centrocampista una presión añadida; tampoco la de ejercer como un referente para el resto de compañeros. “En Bilbao es algo muy normal, me lo han enseñado compañeros como Gurpegui, Iraola o Iraizoz. Esa gente se va yendo y alguien tiene que tomar el relevo. Hemos de ser ejemplos para los futbolistas que llegan”.