Diez años de la primera gran conquista del Huesca

El 15 de junio del 2008, el conjunto azulgrana logró el ascenso a Segunda División en Écija. Roberto García, autor del gol en el estadio de San Pablo, revive con emoción lo que fue un momento "increíble".

Roberto García trata de controlar la pelota durante el Écija-Huesca del 15 de junio del 2008, que terminó 1-1 con un golazo del madrileño para rematar el ascenso a Segunda.
Roberto García trata de controlar la pelota durante el Écija-Huesca del 15 de junio del 2008, que terminó 1-1 con un golazo del madrileño para rematar el ascenso a Segunda.
Rafael Gobantes

Se freían hasta los tacos de la botas aquella tarde del 15 de junio del 2008 en la sartén de España, en Écija. La Sociedad Deportiva Huesca había acudido hasta la localidad andaluza, a mitad de camino entre Córdoba y Sevilla, con un 2-0 de ventaja de la ida y se disponía a pasar por un calvario de 93 minutos antes de firmar su primera gran conquista: el ascenso a Segunda División. En el minuto 94 llegó el éxtasis, al concluir la eliminatoria Roberto García del mejor modo posible, empatando el partido (1-1) con un golazo que ocupa lugar preferencial en el santoral azulgrana y que este viernes ha alcanzado su décimo aniversario.

Diez años de un encuentro que solo con evocarlo hace subir la temperatura. Y es que 41 grados marcaba el cronómetro a las 17.00 en el estadio de San Pablo, pero el sufrimiento experimentado por el Huesca fue tal que el calor todavía se hizo notar en mayor grado. Por suerte para los azulgranas, las paradas de Eduardo Navarro retrasaron la ventaja del Écija hasta mediada la segunda mitad. De ahí al final, expulsión de Dorado mediante, las cargas de los astigitanos fueron incesantes. Hasta que el lateral Robert alargó la pierna derecha y robó la última pelota, con lo que el partido iba a morir con un ataque oscense que Roberto García, tras un gran control y orientarse el cuero en un baile inolvidable con su marcador, ejecutó lanzando directamente a la escuadra.

Ese gol siempre habitará fresco en la memoria de Roberto García Cabello, que a sus 38 años todavía sigue perforando porterías en el Alcobendas Sport de la Tercera madrileña. “La verdad es que lo veo bastantes veces cada año. Y más porque mis hijos me dicen, ‘papá pónmelo’; no me lo tienen que decir mucho para ponerlo (ríe). Es muy emocionante”, ha explicado este viernes el máximo artillero azulgrana en la época moderna del club acerca de las perenne sensación que le despierta aquel gran momento.

Una década después de convertir en realidad lo que entonces parecía un sueño casi imposible, Roberto sabe bien qué día es hoy. Por si acaso, su teléfono vuelve a recordarle que lo de Écija no fue una simple diana más. Sirvió para escenificar en un instante toda la felicidad de miles de almas altoaragonesas. Aunque lo cierto es que el gol fue más simbólico que otra cosa, puesto que al Huesca le hubiera valido con perder 1-0 ante la ardorosa y en algunos casos incívica afición local.

“Lo que conseguimos aquel año se veía entonces increíble”, certifica Roberto García, que aprecia una clara comparativa con el hito actual de alcanzar la Primera División y lo que sucedió en el equipo oscense en las temporadas 2006/07 y 2007/08. “El primer año casi lo conseguimos contra el Córdoba, igual que el Huesca se quedó cerca en el ‘play off’ del año pasado. Nosotros al siguiente lo logramos; como ha pasado ahora”, asegura.

“Siempre poníamos el Numancia como referencia, por dónde habían llegado siendo un club humilde, y al final el Huesca lo ha logrado”, se felicita Roberto, el ‘nueve’ eterno que conoció la entidad antes incluso de que esta fuera regida por la directiva actual. “Yo he vivido lo que había antes (en la temporada 204/05 con Jesús Viñuales). Es la forma de darnos cuenta de cómo ha cambiado todo y que al final las cosas bien hechas, a largo plazo, dan resultado”, detalla.

“Hay que valorar que desde arriba las cosas se han hecho muy bien. Con el presupuesto que tienes, contando con que hay muchos mayores, el trabajo está ahí. Y también el de Rubi, que ha sido espectacular, cómo ha sabido sacar el 100% a todos los jugadores”, manifiesta el delantero madrileño, a quien le ha seducido el nivel de juego que ha ofrecido el Huesca 2017/18. “Incluso cuando perdía no es que le faltara su identidad. Pero lo más importante es que han estado tranquilos y siempre han creído, aún en los momentos en que estabas tan mal y no te salían las cosas. Se han sentido fuertes y lo han conseguido, que eso es lo mejor”, señala.

Firmes raíces oscenses

Retrocedamos ahora al pasado 21 de mayo. La Sociedad Deportiva Huesca se preparaba para buscar la victoria definitiva en el estadio Anxo Carro de Lugo. El triunfo situaba a los azulgranas en Primera en un partido que arrancó a las 21.00. ¿Qué sucedía en el domicilio de Roberto García? “Siempre estoy con los niños que si deberes para aquí y para allá pero ese día estábamos los cuatro, con mi mujer, delante de la televisión antes de que empezara el partido. Ellos los primeros”, comenta. “Son del Huesca a muerte. Están súper orgullosos de ser oscenses”, apostilla sobre sus hijos Raúl y Rubén, de 10 y 7 años respectivamente, uno de los grandes motivos del firme enraizamiento con el Huesca y con Huesca.

Los nervios se diluyeron rápido. “Es que la salida fue para ascender, espectacular. Estaban convencidos de lo que tenían que hacer”, afirma Roberto. Poco a poco, el 0-2 fue dando forma a una noche histórica que así fue disfrutada por su familia. Con el final del partido en Lugo, “una alegría inmensa. Fue algo muy bonito. En mi carrera deportiva si hay un equipo al que tengo que agradecer es al Huesca. Me dio la oportunidad de jugar en Segunda y también de ganarme un contrato fuera de España (en el Apollon Limassol de Chipre). Allí jugué en Primera, conseguimos la Copa y disputé la Europa League. Para mí era impensable en España con 32 años”, reseña con emoción.

“Lo del ascenso en 2008 fue precioso. Pusimos nuestro granito de arena para lo que hoy es el Huesca. A mí me tocó la parte bonita de marcar goles, sobre todo ese de Écija. No pude destacar nombres porque sería injusto. Ahora lo ves en Primera y dices ‘yo también formé parte de esto’. Es bonito”, declara el que fuera uno de los pesos pesados del vestuario de los Sorribas, Rodri, Robert, Lalo, Edu Roldán, Eduardo, Dorado, Borrego, Rigo, Sastre, Mikel Rico y compañía.

Tal es el arraigo que dejaron en los corazones de los aficionados aquel grupo de futbolistas que, desde el mismo momento en que el Huesca consumó su ascenso al cielo en Galicia, nuevamente se lo demostraron a Roberto Garcia. “Me llegaron mensajes diciendo que esto también es tuyo. Para mí fue muy especial que la gente te recuerde. Ahora espero que sea una temporada bonita en Primera, un año para disfrutar que ojalá sean más. Lo voy a ver en la tele con más orgullo todavía”, finaliza el delantero, quien todavía se siente con energía e ilusión para continuar marcando goles con el Alcobendas.

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