Rubi, en su tercera tentativa de ascenso

El técnico del Huesca estuvo cerca de subir con el Girona en la temporada 2012/13 y repitió intento con el Valladolid 2014/15.

Joan Francesc Ferrer 'Rubi', entrenador del Huesca, da instrucciones durante la sesión matinal de este miércoles en el IES Pirámide.
Joan Francesc Ferrer 'Rubi', entrenador del Huesca, da instrucciones durante la sesión matinal de este miércoles en el IES Pirámide.
Rafael Gobantes

La Sociedad Deportiva Huesca está ante su gran oportunidad, labrada durante una temporada brillante que enfila sus últimos capítulos de la liga regular con los azulgranas enclavados en la zona de máximo honor. Desde la segunda plaza, con 71 puntos, visiona un final antológico al que debe dar forma en las cuatro jornadas que restan para hacer efectivo el pase a la Primera División. Un mundo por descubrir todavía, porque con el Rayo por delante, justo detrás del Huesca figura el Sporting de Gijón, un verdadero equipazo que batallará hasta el final por desbancar al club que dirige el que fuera su entrenador la temporada pasada, Joan Francesc Ferrer ‘Rubi’. El preparador catalán está intentando aprobar su particular reválida, puesto que es la tercera intentona para subir desde Segunda. No lo consiguió con el Girona y con el Real Valladolid, por lo que como él mismo ha declarado desea por todos los medios un ascenso en el currículum para situar así al conjunto altoaragonés en una dimensión nunca antes hallada.

Rubi, que se ganó el apodo en su etapa de jugador por el color de su cabello, tuvo que picar piedra en la cantera de la Segunda B hasta ganarse una oportunidad en el fútbol profesional. Se la dio en el curso 2012/13 el Girona, donde antes había entrado como asistente del aragonés Javier Salamero. Resultó altamente exitoso el debut del de Vilassar de Mar al frente de los rojiblancos, a quienes condujo hasta la disputa del ‘play off’.

Sin embargo, el premio pudo haber sido mayor, ya que en la jornada 38, la misma en la que deambula ahora la categoría de plata, el Girona estaba posicionado en la segunda plaza. No pudo aguantar la presión del Villarreal, que terminó subiendo con el Elche. Los catalanes acabaron los 42 partidos cuartos, tras sumar 5 puntos en los últimos cuatro choques y ver cómo también el Almería le superaba en la tabla. Fue precisamente el conjunto andaluz el que dilapidó el ascenso del Girona, al que eliminó en la segunda ronda del ‘play off’. En la primera se había desecho del Alcorcón.

A continuación, Tito Vilanova convenció a Rubi para que pasara a formar parte del ‘staff’ técnico del Barça. Apenas pudo compartir espacio con él, debido a su enfermedad, aunque continuó integrado en el equipo de entrenadores del argentino Tata Martino.

Un año después, el Valladolid se hacía con los servicios de Rubi que, como sucediera en el Girona, se quedó otra vez a las puertas del ascenso a Primera. No fue una situación tan acusada, porque los castellanos no se movieron con asiduidad por la zona directa de subida. Finalizaron el ejercicio quintos y, con ello, entraron en la postemporada. En esta ocasión Las Palmas apeó al Valladolid en la ronda inicial. Rubi tendría que seguir esperando para esculpir esa muesca en su revólver.

Dos descensos

No continuó en la entidad pucelana y decidió obviar algunas propuestas que manejaba en aquel verano del 2015. Su intención era esperar una llamada desde más arriba, desde la Primera División. Y esta llegó por parte del Levante. Los valencianos estaban hundidos en la clasificación y Rubi logró dar esperanza de salvación, cosa que finalmente no logró. Su experiencia inicial en la máxima instancia española no resultó como esperaba. Hubo una segunda, muy reciente: en el Sporting de Gijón el pasado curso. De nuevo la reacción resultó insuficiente y los asturianos, ahora enemigos íntimos de su Huesca, cogieron el camino de bajada.

A la categoría de plata retornó Rubi, el elegido por el club oscense para coger el testigo de Juan Antonio Anquela, quien había llevado al Huesca hasta el ‘play off’ de ascenso. El reto era mayúsculo, sobre todo por la mentalidad con la que se introdujo en el vestuario. "Queremos igualar o mejorar el año pasado", espetó en verano. Inconformismo y ambición por romper todas las barreras. Y está en el camino de conseguirlo, de conducir al Huesca hasta Primera y, de paso, contradecir su mala estadística. "La gente que escribís lo primero que decís es si este señor tiene un ascenso, un descenso o un ‘play off’. Y yo quiero un ascenso. Quiero que escribáis que hemos logrado subir, porque de eso nos aprovecharemos todos. Lo voy a dar todo por conseguirlo", explicó Rubi antes de recibir al Granada. "Tengo unas ganas locas de que acabe con un ascenso. Quiero un ascenso en mi currículum y quiero que el Huesca esté en Primera. Se lo merece por el trabajo no de este año, de muchos", apostilló. ¿Hará bueno eso de que a la tercera va la vencida? Pronto se sabrá.

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