Muchas oportunidades ha dejado escapar en las últimas semanas la Sociedad Deportiva Huesca, inmersa en una etapa sin brillantez en el juego y, sobre todo, sin victorias. Desde que batiera a la Cultural Leonesa en El Alcoraz el 11 de febrero (1-0), son ocho partidos y más de dos meses de travesía por el desierto, con tan solo 4 puntos cosechados que le han descabalgado del trono clasificatorio y ahora obliga a los altoaragoneses a vencer hoy al Barcelona B (21.00), si no quieren perder casi definitivamente el tren del ascenso directo. Con el Sporting de Gijón y el Rayo Vallecano a toda máquina en el primer vagón, cercenar la negativa dinámica de resultados con un triunfo animaría la lucha por la parte más alta de la tabla, a donde se quiere agarrar el Huesca con uñas, con dientes o con lo que haga falta. Enfrente tendrá un rival que tampoco se está destacando por sus buenas noticias. Y es que el filial culé, tras los resultados acaecidos, se ha desplomado hasta la zona de descenso, pagando las siete jornadas consecutivas sin conseguir el premio gordo de la victoria en ninguna de ellas.

Dentro de las necesidades que se observan en la trayectoria reciente del equipo que capitanea Joan Francesc Ferrer ‘Rubi’, una se detecta con suma facilidad: el gol. Porque el Huesca, en otros momentos de la competición un asiduo perforador del arco enemigo, ha sufrido un cortocircuito en sus mecanismos de ataque, como delata el hecho de haber marcado un solitario tanto en los cinco anteriores partidos.

Para salir del atasco, el equipo aragonés debe ajustar los patrones de su fútbol, con anterioridad fluido e incluso preciosista. Ahora, con el viento azotando en contra, con el temporal elevando el riesgo de sumirse en un huracán letal, el Huesca está naufragando en la elaboración y adoleciendo de los elementos suficientes para generar peligro en mayor grado sobre el área contraria. Hasta la fortuna parece haber dado la espalda a los azulgranas, empeñados en mantener vivo el ardoroso deseo de un club, una ciudad y una provincia que hace unas cuantas jornadas percibían con intensidad el perfume de la Primera División.

El camino hacia la rampa de subida directa, que llegó a ser una autopista teñida de azul y grana, se ha enmarañado. Dos colosos, el Sporting y el Rayo, se han interpuesto entre la tierra y el cielo. Como montañas difíciles de escalar, como obstáculos que cada día que pasa adquieren más volumen, el tirón que han experimentado ambos no deja margen de maniobra al Huesca. Si pretende continuar con la discusión en el despacho de los jefes, los tres puntos frente al Barcelona B son imprescindibles.

Además, volver a ganar aliviará la ansiedad que ya citó el técnico Rubi tras empatar el miércoles contra el Albacete (0-0). Un chute de confianza para reactivar la confianza del vestuario. Una respuesta urgente para los agoreros presagios que se ciernen sobre el Huesca, a quien tienen en sus teleobjetivos los equipos que aprietan desde atrás. Porque lo de seguir enganchado al ascenso directo está muy bien, suena bonito, pero no se puede olvidar el conjunto oscense de, en primer lugar, intentar asegurar su presencia en el ‘play off’ de ascenso por segundo año. Vencer hoy le permitiría abrir nuevamente brecha con la séptima plaza –y con la cuarta–.

Gallar, baja por sanción

La SD Huesca tiene la baja segura por sanción del extremo Álex Gallar, quien vio la quinta amarilla frente al ‘Alba’. Con Brezancic recuperado, salvo recaída de última hora, los focos apuntan al lateral Carlos Akapo, quien podría regresar a la convocatoria cuatro meses después de su lesión de menisco. Pulido y Rulo, los dos más perjudicados el miércoles tras un fuerte golpe y el sobreesfuerzo por regresar al once tras muchas jornadas, respectivamente, han entrenado con normalidad y estarán igual disponibles.

Introducirá alguna variante Rubi en la formación titular que ponga en liza contra el Barcelona B. Pero como él mismo aseguró, "a estas alturas de la temporada la base del equipo tiene que ser en un porcentaje muy alto la misma". El retorno de Lluís Sastre a la línea medular y el de Brezancic al carril del tres podrían ser novedades. Para las dos bandas hay cuatro jugadores con opciones: Ferreiro, Vadillo, Chimy Ávila y Moi Gómez. Eso si el colombiano Cucho Hernández es seleccionado como delantero centro, en lugar de su posicionamiento en el extremo derecho en los últimos encuentros.

El Barcelona B, por su parte, acude a El Alcoraz con el entrenador Gerard López muy discutido. Se apunta desde los medios barceloneses a que la derrota en Huesca sería definitiva y propiciaría el adiós en su cargo.

Los catalanes han perdido sus anteriores cuatro compromisos de liga, por lo que el estado de nerviosismo en el joven vestuario es grande. Ahí están a la par con el Huesca. En resumen, que es un duelo de equipos en crisis dentro de una perspectiva opuesta a nivel clasificatorio. Para los de casa es ganar para respirar. Ganar para mantener la ilusión. Ganar como punto de partida para el impulso final.