A solo un euro. Ese es el precio que fijó al comienzo de la semana el Cádiz para 2.500 entradas bonificadas, de cara al encuentro que este lunes a partir de las 21.00 jugará el Huesca en El Carranza. Porque coincidiendo con la celebración de la Semana Santa, el club gaditano se ha querido asegurar un graderío hasta la bandera en su intento de asediar a los de Rubi. Y la afición amarilla respondió de manera total, con largas colas para hacerse con una de las entradas a tan atractivo precio, que se agotaron en apenas una hora. También se abría por primera vez esta temporada y sabiendo que las procesiones podían restar afluencia de abonados, la posibilidad de que los que no pudieran acudir, liberaran su asiento a través de la web del club, convirtiendo esas localidades también en entradas a un euro.

Por todo ello, se espera que el Huesca tenga que hacer frente a toda una olla a presión en El Carranza, que cuenta ya de por sí con una de las gradas más intensas de la categoría. Además, los aficionados andaluces son conscientes de lo transcendental de los tres puntos que se pondrán en juego esta jornada, en el duelo más directo de la semana, ya que únicamente tres puntos separan a ambos conjuntos, marcando el límite del ascenso directo. La exigencia que se presupone al enfrentamiento será máxima para el Huesca, que pretende hacerse fuerte en el hostil ambiente y fijar un punto de inflexión en uno de los campos más complicados de la categoría.

Porque tras el 1-0 que lograron los hombres de Rubi en el encuentro de ida, celebrado en El Alcoraz, un nuevo triunfo contra sus más inmediatos perseguidores dejaría a su favor el golaverage, que en una categoría tan apretada puede revelarse como determinante en el desenlace, en lo que respecta a la consecución de objetivos.

Así lo creen en el Huesca, que tienen ante sí una oportunidad de oro, a modo de golpe en la mesa que sirva también para desterrar a los fantasmas que han podido surgir en el entorno azulgrana tras sumar únicamente dos puntos en los últimos cinco encuentros disputados. Para ello y fiel a su meticuloso estilo, Rubi sabe de sobra dónde están los puntos más fuertes del Cádiz, ya que es en sus bandas donde guarda los hombres más en forma de las últimas jornadas. Como ya ocurriera en el encuentro contra el Sporting, en el que Jony era el hombre a tener en cuenta, en esta ocasión se espera que Álvaro García y Salvi pongan en apuros a los laterales oscenses. Como aspecto positivo, el Huesca recupera a Alexander para esa función en la banda derecha, después de que su quinta amarilla le obligara a parar el pasado lunes y Kilian se viera obligado a adelantar su posición.

La velocidad de los extremos se convierte, por tanto, en uno de los principales peligros a los que tendrá que hacer frente el Huesca. En el caso de Álvaro García, le avalan sus ocho goles frente a una única asistencia, revelándose como un jugador que pese a su demarcación en banda tiene los tres palos muy presentes. En el caso de Salvi sus números también son reveladores de su aportación en el juego gaditano, ya que suma seis asistencias y cuatro goles. Los mismos que Barrat y Carillo, siendo los cuatro jugadores los máximos anotadores del Cádiz.

El Huesca podrá ensayar de manera más concreta la fórmula para frenarlos a partir del entrenamiento de este viernes, ya que será la primera sesión de cara a la visita al Carranza que Rubi realizará a puerta cerrada. Lo hará a partir de las 11.00 en el campo del IES Pirámide. En la misma hora y escenario que la última sesión antes del partido, que también se celebrará sin público, el sábado.

El equipo viajará hasta la ciudad andaluza el domingo, partiendo de El Alcoraz a las 9.00 y combinando dos trenes para, prácticamente, cruzar el país.