Un líder en el atasco

El Huesca ha sumado dos de los últimos doce puntos; en la primera vuelta hizo diez en el mismo tramo.

Moi Gómez trata de avanzar ante la marca de Fran Carbiá el domingo en Reus.
Moi Gómez trata de avanzar ante la marca de Fran Carbiá el domingo en Reus.
Laia Solanellas

Esa etiqueta de equipo prácticamente inmortal que lucía la Sociedad Deportiva Huesca hasta hace algunas semanas se ha despegado de su indumentaria por culpa de una negativa dinámica en los resultados acaecidos. El líder durante 17 jornadas consecutivas ya no es el dominador total de la Segunda División, si bien todavía guarda un margen considerable con la tercera posición (6 puntos). Sin embargo, el vehículo altoaragonés, con anterioridad un pánzer casi indestructible, se ha metido de lleno en el atasco tras haber sumado solo dos capturas en los cuatro últimos encuentros del campeonato liguero, una fase que comparativamente con la primera vuelta refleja notables diferencias.

La compresión de la tabla clasificatoria en la jornada 30 obliga al Huesca a una rápida respuesta, para evitar que el taponamiento se eleve a un mayor grado y el contexto, otrora tan favorable, dé un nuevo giro que otorgue un plus de incertidumbre a la recta final de la liga.

Desde el vestuario oscense se insiste en el mensaje de tranquilidad y confianza. Fundamentalmente existe el convencimiento de que una vez que remita el temporal y las adversidades hayan pasado, llegará la calma en forma de una plantilla casi al completo para afrontar con garantías el cierre del curso y también para descanso de su entrenador. Porque Joan Francesc Ferrer ‘Rubi’ se enfrenta últimamente cada semana al mismo dilema: moldear una alineación titular diferente, en muchos casos con varias líneas bajo mínimos. El propio técnico barcelonés habló después de empatar en Reus el domingo (0-0) de "turbulencias que estamos salvando como podemos".

La agitación está latente en el Huesca. Es innegable tras haber rascado solo dos empates en cuatro partidos. Aún así, los daños colaterales producidos por la mala racha actual de los azulgranas no han generado una fractura abierta. Al menos por ahora es solo una herida sangrante que está en disposición de cicatrizar en la visita del próximo lunes a El Alcoraz del Sporting de Gijón (21.00), enemigo que en contraposición con los propietarios del terreno atraviesa su etapa más productiva.

El Huesca disfrutaba de una ventaja inimaginable antes de jugar en Pucela contra el Valladolid. Las cinco victorias seguidas le habían catapultado en el liderato, llegando a disponer en ese instante de 11 puntos sobre el tercero. La derrota por 3-2 contra los castellanos dio paso a una segunda salida aciaga, cayendo con contundencia en Vallecas contra el Rayo (3-0). Entonces, los madrileños se situaron a 5 puntos, mientras que el Granada ascendió al tercer puesto estableciéndose a 6 puntos de los altoaragoneses.

Dos jornadas después y dos empates más tarde (en casa con el Almería y en Reus), el Huesca mantiene la misma renta sobre el tercero, ahora un Cádiz que será precisamente el próximo equipo a visitar por parte de los de Rubi.

El Rayo sí que es ya una amenaza muy tangible para el liderato oscense. Los vallecanos, un verdadero ciclón en los últimos choques, aparecen nítidamente en el retrovisor del Huesca, solo tres puntos por debajo. Pero la franja que observa continuamente el cuadro aragonés no es la roja que cruza las camisetas rayistas, sino que es el tercer inquilino de la clasificación el que busca con la mirada. De ahí que el destrozo por sus malos resultados acumulados sea menor de lo que cabía esperar, sobre todo gracias a las dos derrotas consecutivas del Granada. Claro que ahora asoman más candidatos. Han olido sangre en la cabeza y todos están posicionándose para deshacer el sueño de un Huesca que se aferra a su lema de ‘no reblar nunca’. Su entrenador está convencido de ello. "Estoy seguro que vamos a estar peleando hasta el final por subir directamente", apuntó en Reus.

La comparativa

La etapa gris por la que está pasando el Huesca contrasta diametralmente con lo que logró en este mismo tramo liguero de la primera vuelta. Fue entonces cuando el equipo altoaragonés fraguó su escalada hacia la cumbre clasificatoria. Lo hizo ganando en El Alcoraz al Valladolid (1-0) y al Rayo (2-1), goleando al Almería en su estadio (0-3) y empatando contra el Reus en casa (1-1). Los diez puntos de doce le colocaron en la antesala de los puestos de ‘play off’. La continuidad a su racha le concedió el liderato.

Las cifras del Huesca

Las circunstancias se han alterado en la segunda vuelta de la competición. El Huesca ha capturado únicamente dos puntos en esos cuatro encuentros, por lo que su objetivo principal ahora es enderezar el rumbo con un triunfo de prestigio contra el Sporting que permitiría sacar al líder del atasco.

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