Cuatro de cuatro y que pase el siguiente. El Huesca sumaba este domingo ante el Sevilla Atlético el pleno de triunfos en lo que se lleva disputado de la segunda vuelta, y rompía así la barrera invisible con la que se topaba el conjunto cada vez que buscaba encadenar su cuarta victoria consecutiva. Pero este equipo parece hecho para pulverizar estadísticas y deshacerse de lastres, y dormirá toda la semana con el mullido colchón que supone sacarle ocho puntos al segundo clasificado.

Los ascensos se construyen a base de efectividad máxima, sino que se lo pregunten al Levante de la pasada temporada. Y este domingo el Huesca daba una nueva lección de ello. No tuvo muchas ocasiones claras, en ningún momento se pudo hablar de asedio. Pero una defensa ordenada, un disparo certero en el momento oportuno y un portero al que es casi imposible pillar en un renuncio, permitieron al Huesca sumar su novena jornada consecutiva invicto, y encaramarse, sin señales de vértigo, un piso por encima del resto de candidatos a ascender de categoría.

El filial del Sevilla vivió una historia muchas veces repetida para los rivales de los de Rubi: sin errores de bulto, ni sensación de sangría, veían como los puntos subían al casillero azulgrana. Lo hacían después de noventa minutos de aparente juego igualado, pero con un Huesca capaz de sacar mucho más rendimiento a cada acción. Con ese aura que solo otorga la condición de líder.

Un brillo ganador del que este domingo se contagiaba Moi Gómez, ya que su debut era la gran novedad en la pizarra de Rubi. Lo hacía directamente como titular, sustituyendo al sancionado Sastre apenas siete días después de llegar a la disciplina azulgrana, y se convertiría además en asistente en el único gol del partido. Tampoco Cucho Hernández, lesionado, viajaba a Sevilla, y Rubi intentaba cubrir la ausencia de uno de sus hombres más determinantes adelantando a la punta de ataque a Chimy Ávila y dejando las bandas para Álex Gallar y David Ferreiro.

Apelaba el técnico a que su conjunto no debía resentirse en exceso por la ausencia del colombiano, y de hecho, fue capaz de coger la iniciativa después de una arranque algo más parejo, aunque crear el peligro que implica cada balón que recibe Cucho fue tarea más complicada. El Huesca tocaba y movía, quedándose con la posesión pero sin poner en demasiados aprietos a los imberbes defensas locales, muy rápidos en el repliegue para que ni Gallar ni Ávila se encontraran cómodos a la hora de armar el disparo.

De hecho, las más claras de los primeros minutos llegaban por parte del conjunto filial, especialmente en contraataques en los que hacían gala de esos quilates que se presupone a un conjunto de sus características. Curro estaba a punto de sorprender con un disparo ajustado al palo ante la salida de Remiro, pero no encontró puerta, como tampoco la respuesta de Moi Gómez minutos después en la meta contraria.

Pareció querer cambiar el Huesca esa dinámica en el arranque de la segunda parte, con un cabezazo al larguero de Chimy Ávila y un remate de Pulido casi de tijera en el siguiente córner. Pero no, lejos de conseguir sacar partido a la posesión que llevaba 50 minutos guardando, el Huesca entraba en esta fase del encuentro en un manifiesto atasco, con poca fluidez en ataque y dándole metros a los jugadores del filial, a los que le faltaba poso para sacar partido a la situación.

Rubi buscaba el revulsivo dando entrada a Rescaldani por Chimy Ávila, y aunque no intervenía el delantero centro argentino, minutos después llegaba el único gol del partido. Se iniciaba la jugada en las botas de Alexander González, que sacaba un potente disparo que impactaba directo en el larguero. El rechace le caía a Ferreiro en la banda izquierda, que combinaba con Moi Gómez para que asistiera a Álex Gallar, más retrasado. Este batía de potente disparo a Soriano, y sumaba su quinto gol como azulgrana.

Con la tranquilidad del marcador a favor, las imprecisiones se reducían en el Huesca y tuvieron los de Rubi primero en la cabeza y después en las botas de Rescaldani la posibilidad de sentenciar. Buscó aguantar el resultado Rubi con Luso y Rulo, lo que no evitó que el Sevilla Atlético se fuera arriba a por el empate, que solo una milagrosa mano de Remiro evitó, ya en el minuto 87. Demostrando así, -y son muchas las ocasiones-, que el un líder se construye desde la portería hasta el delantero centro, seña de identidad de un Huesca que cada vez huele más a Primera.

Ficha técnica:

Sevilla Atlético: Soriano, Carmona, Cristian, Konyk, Charcartegui, Fede, Carballo (Marc Gual, 75), Lara (Pozo, 75), Aburjania (Pejiño, 83), Curro y Fernández.

SD Huesca: Remiro, Alexander, Jair, Pulido, Brezancic, Aguilera, Melero, Moi Gómez, Gallar, Ferreiro (Luso, 82) y Chimy Ávila (Rescaldani, 67).

Goles: 0-1, min. 71: Gallar.

Árbitro: Ais Reig (comité valenciano). Mostró tarjeta amarilla a Aburjania, Curro y Lara para el Sevilla Atlético y a Chimy Ávila, Edison Rescaldani y Gonzalo Melero por el Huesca.

Incidencias: Partido correspondiente a la vigésimo quinta jornada de La Liga 123, disputado en la Ciudad Deportiva José Ramón Cisneros Palacio ante 740 espectadores.