El Huesca sigue en la cresta de la ola

Los azulgranas repetirán en el liderato por cuarta semana consecutiva tras derrotar en El Alcoraz a un débil Córdoba (3-1).

Huesca-Córdoba
Huesca-Córdoba
Rafael Gobantes

El viento que está azotando con fuerza este sábado la capital altoaragonesa se ha convertido, en el estadio de El Alcoraz, en un vendaval azul y grana que se ha llevado por delante al Córdoba (3-1). La Sociedad Deportiva Huesca ha olvidado la derrota sufrida en Granada el pasado domingo del mejor modo posible, esto es, con una solvente victoria ante el conjunto andaluz que le permite asegurar su posición de máximo privilegio al frente de la tabla clasificatoria de Segunda División.  El líder, ya cuatro veces líder, no necesitó de su versión más rutilante para derribar la resistencia del colista, escasa por otra parte. Los verdiblancos han quedado muy tocados con el 2-0 anotado por los propietarios del terreno de juego poco antes del tiempo de receso y el gol de Ferreiro nada más arrancar la segunda mitad ha sentenciado el choque.

Después de diez jornadas sin perder, el tropiezo en Los Cármenes, por otra parte un resultado nada extraño por tratarse de uno de los grandes aspirantes al ascenso -y en su campo-, abría un nuevo panorama para el Huesca. ¿Cómo se recuperaría de la derrota? Ese era el primer punto a debatir en los prolegómenos. El segundo apuntaba a la figura de Cucho Hernández: ¿cómo se sobrepondría el combinado aragonés a la baja por sanción/lesión del imberbe goleador colombiano? A tenor del resultado final y del transcurso del choque ambos interrogantes han quedado zanjados. Positivamente para los intereses del Huesca, claro está.

Ha sido Chimy Ávila quien ha formado en la punta de lanza en sustitución del Cucho. El argentino, por su energía y condiciones físicas, puede ser considerado el jugador más similar en la plantilla azulgrana. Parecido no quiere decir igual, por supuesto, ya que Ávila adolece entre otros aspectos de la voracidad en el remate del colombiano. El caso es que Rescaldani, titular en Granada, fue sacrificado por el técnico Rubi, que ha situado otra novedad de inicio: Álex Gallar. El barcelonés, Ferreiro y Ávila han conformado una delantera móvil, tanto por los cambios de posiciones como por la electricidad y velocidad en los movimientos de ataque y en la presión sobre la salida de pelota del Córdoba.

En los albores le ha costado encontrar su ritmo al Huesca. El viento ha sido un enemigo común para ambos equipos, pero poco a poco se ha ido visionando que eran los locales quiénes se acomodaban mejor a esta circunstancia atmosférica. Hay que decir al respecto que los de casa se apuntaron el primer tanto ya en antes de que Saúl Ais Reig decretara el inicio oficial del partido, puesto que la elección de campo podía ser crucial. Así, el Huesca ha contado con alguna ayuda eólica, algo que el Córdoba no ha sabido imitar en el segundo período.

Ha sido Sastre, en el minuto 10, el encargado de poner en aviso al Córdoba de lo que se le venía encima. El mismo protagonista, el centrocampista balear, no ha desaprovechado su segunda opción, tras una larga jugada de ataque con un primer intento inconcluso. El cuero ha cruzado el verde de un lado a otro, encontrando en la izquierda a Ferreiro, para que el gallego la colgara y Sastre cabeceara al fondo de la red. Gallar ha tocado la pelota. ¿Había cruzado la línea? Quién ha festejado el tanto ha sido Sastre. Segundo gol de cabeza para el medio de Binissalem… cuando el viento sopla a favor, nunca mejor dicho en este sábado oscense tan ventilado, las cosas salen rodadas y hasta un jugador nada acostumbrado a este tipo de remates se luce cuál ‘nueve’ tanque de los de toda la vida.

Controlar el esférico se ha convertido por momentos en una complicada tarea. Es normal que el volumen de error en los pases aumentara. Aún así, el Huesca se ha mostrado más preciso y sobre todo con las ideas más claras de cómo debía afrontar un partido bajo esos condicionantes. Eso y la bisoñez de la defensa del Córdoba, unida a su fragilidad mental propiciada por haberse establecido en la última posición, han hecho el resto. Bueno, y Jair. O Melero. Porque se ha repetido la historia del primer tanto en el minuto 40. Con matices. De nuevo Ferreiro al servicio. Esta vez a balón parado, desde la esquina, para que Jair cabeceara adentro el 2-0. Lo que pasa es que el capitán azulgrana tiene un imán en las acciones de estrategia y por ahí andaba el madrileño, junto a la raya de gol, como Gallar empujándola. La celebración no ha despejado las dudas. Jair ha saltado efusivo, pero a unos metros, con cara picarona, Melero se ha señalado. No su cabeza, como acostumbra, que también tiene pies. Y de los que miman la pelota.

Haya sido uno u otro. Poco ha importado. El Huesca se ha marchado la caseta con una suculenta ventaja y el Córdoba lo ha hecho pensando: ‘Tampoco han hecho tanto para ganarnos ya así’. Es lo que tiene ir primero. Y lo que tiene ir colista.

Dos tantos no son definitivos con 45 minutos por jugar. En el fútbol se han visto muchas cosas. Pero los azulgranas no querían epopeyas visitantes. 45 segundos han tardado en demostrarlo. Ferreiro se ha cansado de regalar goles a sus compañeros y ha fusilado la meta del Córdoba al cazar un rechace tras ocasión clara previa. El 3-0 ya ha sido una losa de mármol de una tonelada para los andaluces. El vendaval altoaragonés era ya un huracán de grado 3 que amenazaba con seguir aumentando su potencia. Lo habría logrado si Chimi Ávila no hubiera cruzado demasiado su disparo poco después.

En el minuto 67 la ola se ha vuelto a levantar en El Alcoraz. Entre el público. No es la primera vez. Es la ola del disfrute, en cuya cresta permanece su equipo. Surfeando con estilo y contundencia sobre el océano de la Segunda División. El Huesca sigue siendo líder. Cuatro veces líder. Si esto lo dice algún oscense hace varios años acaba en la séptima planta del Hospital San Jorge. Pero hoy la realidad es la que es. Los de Rubi se han establecido ahí fruto de una inercia ganadora respaldada en jugar bien al fútbol. Al fin y al cabo es de lo que se trata esto.

Volviendo al partido. El Huesca se ha gustado durante algunos compases, con un Córdoba en el que Merino ya había agotado los cambios buscando un milagro irrealizable. Al menos Sergi Guardiola, en una acción individual, ha acortado la distancia en el 71. En la recta final los azulgranas han vuelto a acelerar y primero Alexander con un misil que ha devuelto el larguero y luego el incombustible Camacho, en dos ocasiones, han podido agrandar la herida de los califas. El objetivo que estaba persiguiendo el equipo altoaragonés ya llevaba un buen rato con el símbolo verde. Al Huesca le encanta su actual escenario. Ahora está ahí en el centro, con todos los focos apuntando mientras interpreta su papel de líder. A su lado continúan los teóricos actores principales. De momento tendrán que seguir esperando.

SD HUESCA 3-1 CÓRDOBA CF

SD Huesca: Remiro, Akapo, Pulido, Jair, Brezancic (Alexander González, 54), Aguilera, Sastre, Melero, Ferreiro, Gallar (Luso, 81) y Chimy Ávila (Camacho, 78).

Córdoba CF: Kieszek, Fernández (Javi Lara, 50), Pinillos, Soler, Aguza, Edu Ramos, Caballero (Javi Galán, 53), Caro, Jovanovic, Alfaro (Jona, 65) y Sergi Guardiola.

Árbitro: Saúl Ais Reig (Comité Valenciano). Amarilla al local Brezancic (la quinta) y al visitante Aguza.

Goles: 1-0 min. 18: Sastre. 2-0 min. 40: Jair. 3-0 min. 45: Ferreiro.

Incidencias: partido de la jornada 17 con 3.560 espectadores en El Alcoraz. Los jugadores del Huesca saltaron al campo con una camiseta con la que el club y la plantilla quisieron mostrar su apoyo a quienes sufren o han sufrido violencia de género, manifestado su repulsa contra cualquier tipo de agresión.

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