Ignacio Zorita se desmarca de Javier Lasheras, abanderado del grupo de empresarios

Zorita no está de acuerdo con la forma como se ha gestionado e informado de la opción de Kadir.

El empresario Ignacio Zorita, uno de los integrantes del grupo que compró a Agapito Iglesias el 90,62 % de las acciones del Real Zaragoza, se ha desmarcado del comunicado que emitió la entidad en su página web al respecto de las negociaciones con Kadir Sheikh para la venta del paquete accionarial.


Zorita, que estuvo presente junto a Javier Lasheras, Antonio Martínez y el consejero del Real Zaragoza José Guerra en la reunión con Kadir Sheikh, asegura estar "indignado" con el comunicado que emitió ayer a última hora de la tarde "la otra parte" (el grupo de accionistas mayoritario del Real Zaragoza SAD) y del que afirma se enteró por la prensa.


Además considera que el comunicado de Lasheras y su grupo (aunque no aparece firmado personalmente) no era necesario, "no viene a cuento" y tampoco lo comparte porque de la reunión salió convencido de que el acuerdo era que en el momento en el que Kadir Sheikh ingresara en la cuenta que abrió en Ibercaja los 8,1 millones de euros se firmaría la venta.


"Pensamos que la opción de Kadir es buena hasta que no se demuestre lo contrario y si nos hemos comprometido a esperar tres días y, si su solvencia esta acreditada, no hay inconveniente en la venta", ha argumentado.


Además ha aclarado que lo primero que se trató en la reunión por parte de Kadir Sheikh y su equipo fue renegociar el contrato de compra-venta que firmaron con Agapito Iglesias el pasado 4 de junio y "tras muchos tiras y aflojas" entendieron que no era posible hacerlo porque por su parte habían aceptado "un contrato en todas sus cláusulas y le pedíamos que las aceptara y se llegó a un acuerdo".


El depósito de 8,1 millones de euros también lo pide el contrato y por eso se le exigía al empresario alemán de origen pakistaní que lo realizase.


El primer desacuerdo en la reunión entre Javier Lasheras e Ignacio Zorita ha comentado que se produjo cuando Sheikh, tras mostrar las garantías para confirmar su solvencia financiera, no quiso ponerlas a disposición de la entidad financiera porque decía que "si Ibercaja se las queda y son válidas le firmábamos un documento por el que le vendíamos el Real Zaragoza. Yo dije sí y la parte de Lasheras dijo no".