Toca este sábado la visita al Bernabéu, un partido siempre complicado, difícil, en el que el Real Zaragoza no tiene nada que perder y en el que el equipo debe mantenerla línea competitiva que ha mostrado en los últimos partidos y esperar también -¿por qué no?- un mal día del Real Madrid.

En la parrilla de salida de la pretemporada, los puntos de este encuentro están ya descontados. Manolo Jiménez tiene claro que es muy complejo conseguir alguno de los puntos en juego; pero a nadie se le escapa la ilusión por dar la sorpresa. Y es una sensación que envuelve a todo el zaragocismo.

Porque en otras ocasiones se ha podido puntuar, aunque tampoco de pasar factura. No se puede perder de vista del partido siguiente, ante el Deportivo en La Romareda, en el que sí se debe centrar con especial atención el entrenador zaragocista.

Pero, por encima de todo, creo que el Real Zaragoza tiene que salir al Bernabéu a competir, a desarrollar su juego, a confirmar la línea de los últimos partidos.

Se encadenan los partidos con el Madrid y, dentro de dos semanas, ante el Barcelona. Es una fase más complicada del calendario, pero te permite afrontar ya los duelos más duros y quitártelos de en medio, que es el aspecto positivo, para seguir centrado en los objetivos del equipo.

Después de estas dos victorias seguidas en la Liga, es importante mantener la humildad. Veo al equipo en un buen tono, competitivo. Es verdad que se echa de menos una pizca de calidad, de talento; lo suple, a cambio, con trabajo y entrega. Es lo que se le demanda.