Granada CF1-2 Real Zaragoza

El Real Zaragoza respira en Los Cármenes

El equipo de Manolo Jiménez ha logrado una victoria esencial para afrontar los próximos partidos con algo de tranquilidad. A pesar de marcar dos goles en la primera media hora y acabar con un jugador más, los aragoneses han sufrido tras el tanto del Granada.

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EFE/MIGUEL ANGEL MOLINA

El Real Zaragoza ha respirado cuando el colegiado ha pitado el final en Los Cármenes. No solo porque ha logrado tres puntos esenciales para afrontar los próximos partidos con tranquilidad, sino porque también podía haberlos perdido -al menos, dos de ellos- en el último tramo del encuentro.


Y eso que el duelo ha comenzado de forma inmejorable para los intereses zaragocistas. La oposición inicial del Granada apenas ha durado dos minutos, los que ha tardado Hélder Postiga en demostrar que no solo es un buen delantero cuando juega con Portugal. El luso, que venía de marcar de nuevo con su selección, no ha desperdiciado un buen centro de Víctor Rodríguez y ha rematado de cabeza, a placer, ante una defensa que ha hecho poco más que mirar como el balón se colaba en su portería.


Con las novedades de Movilla -se estrenaba como titular en su segunda etapa como zaragocista- y Loovens en el once inicial, en el que también había entrado Zuculini, el equipo de Manolo Jiménez ha controlado el partido desde el principio. El Granada, que por no hacer no ha hecho ni acto de presencia, ha cedido la condición de local a un Real Zaragoza que se ha reencontrado con el gol después de dos partidos en blanco.


Una reconciliación necesaria con la portería contraria -los aragoneses solo habían marcado en dos de los siete primeros partidos- que ha confirmado en el minuto 26 Víctor Rodríguez, un jugador que ha pasado de refuerzo del filial a titular indiscutible en solo unos meses.


La mitad -o más- del mérito ha sido de Abraham, tras dejar solo al centrocampista con un extraordinario pase desde la banda izquierda. Pero tampoco hay que restarle méritos a Víctor, quien ha rematado de forma impecable un centro difícil de desperdiciar. Rasa, junto al palo izquierdo de Toño, inalcanzable para el guardameta.


Un gol que vale un contrato

Un gol que no solo ha dado la tranquilidad -momentánea- al conjunto de Jiménez, sino que ha sido la mejor celebración de su 'renovación' automática, lograda gracias a una clausula de su contrato que le convertirá en miembro de la primera plantilla a partir del 30 de junio. El pitido inicial había consumado el objetivo de la pactada quinta titularidad de Víctor, pero quedaba el brindis.


Poco más ha dejado la primera mitad, salvo un par de llegadas del Real Zaragoza que no han movido el marcador. A punto a estado Zuculini -casi desaparecido durante los 60 minutos que ha jugado- de sorprender a la defensa nazarí con un remate en plancha tras centro de Apoño, y también Montañés, ya en el minuto añadido, ha amagado con marcar el tercero desde la frontal del área.


En la segunda mitad se ha repartido algo más la posesión. El Granada ha aparecido en Los Cármenes tras el descanso y en el minuto 52 ha llegado la primera ocasión de los locales. Aviso para el Real Zaragoza, que ni siquiera con dos goles de ventaja premia con la tranquilidad a una afición que vive siempre al borde del ataque de nervios.


También las ha tenido el cuadro aragonés, sobre todo en los pies de Postiga, que a punto ha estado de lograr el tercero en una jugada personal en la que, tras regatear a Toño, un defensa ha despejado a córner su disparo, y, un poco antes, tras un lanzamiento directo de falta. La había cometido Iriney, quien ha derribado a Apoño cuando éste encaraba la portería de Toño y ha visto la roja directa. Partido encarrilado para un Real Zaragoza que ni siquiera con el viento -y el marcador- a favor ha sabido asegurar la victoria.


El Granada recorta con uno menos

El Granada, tres minutos después de quedarse con un jugador menos, ha metido el miedo en el cuerpo del zaragocismo con un gol a balón parado. El-Arabi, de cabeza, se ha impuesto por alto a una defensa que sigue concediendo demasiado en los momentos clave de los partidos. Con tensión, como no podía ser de otra forma, y con un despeje desde el centro del campo de un jugador local que casi se cuela en la portería de Roberto, se ha llegado al tiempo añadido.


Cuatro minutos en los que quedaba sufrimiento para los visitantes, que todavía le han dejado una última bala al Granada. No ha llegado -por poco- a rematar Íñigo López, y el portero zaragocista ha agarrado el balón y tres puntos que permiten al Real Zaragoza afrontar sin tensión añadida un tramo complicado del calendario.