Opinión

Volver a empezar

Tiene el Real Zaragoza tanta experiencia acumulada y tanto trabajo por hacer que resulta absurdo estamparse ante un muro de lamentaciones. Lo que el zaragocismo le pide a su escuadra, tras el inesperado tropiezo del arranque liguero en el estadio de La Romareda, de la derrota con el Valladolid, es que se levante, mire al frente y concentre sus aspiraciones en la cita de este sábado en Cornellá, ante el Espanyol.


El varapalo inicial sirve para ubicar al equipo, situarlo y recordarnos –qué pena- de dónde viene el Real Zaragoza; la dificultad de tapar los boquetes abiertos en los seis años de la gestión de Agapito Iglesias. Pero esa herida se cura poniendo los medios para enmendarse. Y cuanto antes: el reto es sacar partido ante una escuadra blanquiazul que tampoco ha despejado dudas entre la pretemporada y el despegue liguero.


Mortificarse con la mirada atrás es un absurdo. El fútbol real, el de la Liga recién comenzada, ha servido para descubrir errores y conocer debilidades, algunas de las cuales ya se intuían. La obligación de Manolo Jiménez es corregirlas con los recursos de que dispone; mover las piezas con el criterio que ya ha puesto de relieve en situaciones mucho más comprometidas.


Nadie niega las dificultades de ensamblar las piezas claves; de coser dando puntadas a una escuadra todavía en formación. Y en donde las necesidades se perciben de forma mucho más clara que las abundancias o los excesos.


Espanyol-Real Zaragoza. A las 21.00. Estadio de Cornellá. Volver a empezar.