Real Zaragoza

Carretera y bufanda

El zaragocismo pone rumbo a Getafe para conseguir la permanencia de su equipo en Primera División.

Un año después de haber invadido Valencia, el zaragocismo se ha vuelto a lanzar a la carretera. Esta vez rumbo a Getafe, lugar donde el Real Zaragoza debe certificar, a partir de las 20.00, su permanencia en Primera División. Para lograrlo, el conjunto dirigido por Manolo Jiménez no estará solo. Aproximadamente, se esperan a unos 9.000 aficionados blanquillos en las gradas del Coliseum Alfonso Pérez. Todo un éxodo que ha tenido comienzo a primera hora del domingo.


A las 8.30, Vía Hispanidad se convertía en el epicentro de la expedición. Citados allí todos aquellos que habían reservado su viaje a través del club, la avenida zaragozana se transformó en un ir y venir de seguidores ataviados con los colores del conjunto aragonés. Camisetas, banderas y bufandas velaban armas, identificando a sus portadores como practicantes de la fe del 'sí, se puede'. Lema de creencia desaforada en la salvación del equipo. La mayor ilustración existente del porqué de tan numerosa respuesta.


Las caras de sueño de los presentes, producto del madrugón experimentado, se entremezclaban con la ilusión de sus palabras. Encuentros con amigos y compañeros de viaje que formaron las primeras tertulias, todas ellas referentes, por supuesto, a las posibilidades del Real Zaragoza para el último encuentro de la temporada. El trayecto, de aproximadamente cuatro horas de duración, animó a varios a acudir provistos de comida y bebida. Víveres necesarios para aguantar con energías durante la que se prevé como una larga jornada.


En total, 45 autobuses han partido de las inmediaciones del antiguo seminario. Una caravana interminable que abarcaba, prácticamente, desde la calle de Asín y Palacios hasta la avenida de Gómez Laguna. El elevado número de vehículos, unido al hecho de que la gran mayoría han llegado al punto de encuentro a las 9.00, generaron un pequeño caos que retrasó la salida unos 30 minutos.


Finalmente, el convoy zaragocista puso rumbo a Getafe. En él, la ilusión de toda una ciudad que vela poder continuar disfrutando de fútbol de Primera División un año más. Las fuerzas de un equipo que, en comunión con su afición, ha de lograr una gesta histórica, siendo el primero en lograr remontar una desventaja de 12 puntos.