El jugador de la temporada en el Oviedo, rival este domingo del Real Zaragoza en el Carlos Tartiere, es Sebas Moyano. Llegado el pasado julio con la carta de libertad después de finalizar su contrato en el Lugo; el futbolista cordobés de 27 años ha afianzado los detalles ya exhibidos en la pasada temporada en el Anxo Carro: un extremo ambivalente, técnico y explosivo jugando hacia dentro; con inteligencia asociativa y capacidad para aportar gol, marcándolos o asistiéndoles. Moyano cruza la presente temporada con ocho tantos y tres asistencias, convertido en la revelación del Oviedo y en su gran líder ofensivo y creativo. Una progresión que pocos pudieron intuir hace tres años, cuando Moyano, canterano del Córdoba, jugó en Zaragoza, pero no en el Real Zaragoza: esa temporada 2020-2021 militó en el CD Ebro, en Segunda B. Allí llegó cedido a última hora por el Lugo. Un problema de inscripción en el club lucense después de firmar libre desde el Valencia-Mestalla lo pudo en dirección al equipo de La Almozara.

Moyano llegó a Zaragoza con 23 años, con la intención de jugar todo lo posible antes de regresar al Lugo, donde había firmado tres temporadas de contrato. En el Ebro, solía desenvolverse en el extremo izquierdo. Un jugador con buena arrancada y condiciones técnicas, diestro, con intuición para generar gol. Fue titular en la primera fase de esa campaña a las órdenes de Manolo Sanlúcar, aunque tuvo un papel más secundario en la fase intermedia de aquella temporada marcada por la pandemia de Covid y la reestructuración de la categoría. Moyano marcó tres goles y retornó al Lugo.

Real Oviedo

En Segunda, poco a poco, fue abriéndose su terreno. En el curso 2021-2022, no jugó en el tramo inicial debido a una lesión de rodilla, acabando el año con tres goles, pero con un peso importante en los planes de Rubén Albés, entonces técnico del Lugo. Al año siguiente, el pasado curso, Moyano creció, hasta convertirse en la referencia del Lugo y en uno de los jugadores de segunda línea más productivos de Segunda. Acabó la temporada con cinco goles en un conjunto que acabó descendiendo. 

Su contrato finalizaba y el Oviedo le echó el lazo. Parecía más una apuesta para completar la plantilla, una buena oportunidad de mercado que no descuidar, que el fichaje de un primer espada. Pero Moyano se ha ganado tal jerarquía a las órdenes de Carrión. Su temporada está siendo sobresaliente. Suma ocho goles y tres asistencias. Es el motor ofensivo del Oviedo y pieza clave en el engranaje creativo del equipo asturiano. Esos ocho goles incluyen un triplete al Burgos en febrero en la victoria del Oviedo (5-0). Fue su gran día como futbolista profesional. 

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Hace una semana, en El Alcoraz, contra la SD Huesca cayó al banquillo, en un día en el que Carrión le dio la vuelta al equipo en busca de reencontrar una victoria que se resistía desde hacía tres jornadas. Moyano salió en el cuarto de hora final y dio una asistencia. Contra el Zaragoza, se le espera en el once, ya sea en la banda derecha, donde venía jugando en la segunda vuelta, o en la izquierda, donde comenzó la temporada. En todo caso, Moya, extremo de posición, es un jugador interior en comportamientos: un acelerador de juego al que deberá vigilar el centro del campo del Real Zaragoza. Un futbolista que hizo la mili en El Carmen, en el barrio zaragozano de La Almozara, con los colores del Ebro.