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Las dudas de Víctor Fernández para Oviedo

El técnico del Real Zaragoza medita devolverle al equipo la defensa de cuatro, con Zedadka en el lateral izquierdo.

Entrenamiento del Real Zaragoza en la Ciudad Deportiva para prepara el partido contra el Burgos
Entrenamiento del Real Zaragoza en la Ciudad Deportiva.
Francisco Jiménez

La acumulación de bajas en el centro del campo y la defensa, las características del Oviedo y el mal funcionamiento del sistema 5-4-1 en la última jornada han llevado esta semana a Víctor Fernández a abrir la posibilidad del cambio de sistema. Ya la pasada semana lo tuvo en mente frente al Burgos, pero finalmente se decidió a mantener la formación con tres centrales, carrileros y doble pivote. Un 5-4-1 en fase defensiva que en ataque se transformaba en 3-5-2. El modelo, en sus líneas generales, le había permitido al Zaragoza competir bien contra Huesca y Leganés, pero contra el Burgos el equipo manifestó carencias.

Ya se sabe que una derrota es la primera puerta hacia un cambio, pero, en la posible variación táctica para Oviedo, también influyen las bajas del equipo en zonas concretas. La lesión de Lluis López deja al Zaragoza corto de efectivos sin conserva la defensa de tres centrales. Ante cualquier eventualidad, el equipo no tendría un recambio natural más allá del canterano Operé, candidato a completar la convocatoria. Sin mucho margen tampoco en el centro del campo, donde Toni Moya y Jaume Grau son las únicas piezas útiles de la primera plantilla ante las lesiones de Francho, Aguado o Guti, el regreso al 4-2-3-1 (o 4-5-1) ha ido tomando cuerpo esta semana en la preparación y estudio del partido de Víctor Fernández.

En todo caso, aunque cambie el dibujo y la organización táctica sobre el campo, no lo harán tanto los nombres. Zedadka apunta a ser la principal novedad en el once como lateral izquierdo. Sería el reemplazo así de Lluis López respecto a los titulares contra el Burgos. El argelino entraría en ese flanco zurdo pese al regreso a la convocatoria de Lecoeuche una vez recuperado de su lesión. Pero el francés debe medir bien su regreso a la competición y difícilmente está aún para ser de la partida. En la misma situación está Mollejo, que también volverá a la citación con turno inicial en el banquillo de los suplentes.

Así, Víctor confiará en Cristian Álvarez. La defensa -si se retorna a la línea de cuatro- la compondrían Gámez, Mouriño, Francés y Zedadka. Otra variante es que Mouriño juegue en el lateral derecho y entre Jair como central.

En el centro del campo, el doble pivote lo volverán a conformar Toni Moya y Jaume Grau, con Maikel Mesa de mediapunta o volante ofensivo si Víctor protege el ancho del centro del campo con una pieza más. En los extremos, Liso apunta a volver a la banda izquierda, con Valera en la derecha. Arriba, Iván Azón sería el delantero centro.

Si finalmente, Víctor Fernández opta por mantener la formación de tres centrales, Jair entraría por Lluis López, y Zedadka relevaría a Valera, carrilero contra el Burgos. El resto serían los mismos, con Liso como acompañante principal de Iván Azón en la delantera.

La principal preocupación de Víctor Fernández de cara a la visita al Carlos Tartiere es proteger las bandas del equipo. El Oviedo es un equipo muy ofensivo desde su laterales, en esencia extremos, Viti Rozada en la derecha y Abel Bretones en la izquierda. Las ayudas defensivas en esa zona se presumen fundamentales y ese aspecto motiva, en cierto modo, la idea de cambio de Víctor para blindar las bandas con lateral y extremos. Zedadka y Liso trabajarían en el flanco izquierdo y Gámez (o Mouriño) y Germán Valera lo harían en el derecho.

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