Sinan Bakis, que cayó nuevamente lesionado el pasado viernes al final del entrenamiento previo al viaje a Villarreal, está previsto que sea sometido este lunes a pruebas radiológicas que permitan emitir un diagnóstico preciso de su dolencia. Es, en el ámbito futbolístico, el protagonista de la semana que pondrá fin al mes de febrero y que desembocará con el partido del próximo domingo, 3 de marzo, en La Romareda frente al colista Amorebieta. 

El club no ha emitido parte médico alguno, como es habitual en buena parte de los casos en los que los lesionados se quedan fuera de los planes técnicos. Fue el entrenador, Julio Velázquez, el que anunció, casi de soslayo en la rueda de prensa anterior al viaje a Castellón, que Bakis sufría «una lesión muscular» que, subrayó, «no tiene nada que ver con la anterior». 

Es decir, se trata de un daño que no afecta a la rodilla que tiene lastimada seriamente desde finales de octubre y que desde la SAD se denominó en su día «meniscopatía», sin mayores detalles pese a que han tenido al delantero centro germano-turco más de tres meses de baja, fuera del equipo.

Bakis, fichaje estrella del pasado verano -procedente del FC Andorra, donde fue el tercer mejor anotador de Segunda División el curso precedente con 11 goles- antes de caer lesionado jugó 10 partidos en su estreno con el Real Zaragoza, sin anotar un solo gol con el uniforme zaragocista. Después de su larga y silenciosa ausencia que unió los últimos días de octubre con febrero, Sinan Bakis reapareció hace 15 días en Ipurúa ante el Eibar y jugó minutos también ante el Cartagena cinco días después en La Romareda, de nuevo sin gol en sendas derrotas del equipo.

Después de volver a perderse otro partido, el jugado hace pocas horas ante el filial del Villarreal, de confirmarse que Bakis tiene una lesión muscular, habrá más jornadas de baja médica para el ariete. La temporada, de este modo, está adquiriendo un formato pernicioso para el germano-turco, que puede ser al final algo parecido a una "temporada perdida".