Jefe de la sección de Deportes de HERALDO DE ARAGÓN

“… y perdimos como siempre”

Imágenes del Real Zaragoza-Cartagena, partido correspondiente a la jornada 27 de la Segunda División.
Imágenes del Real Zaragoza-Cartagena, partido correspondiente a la jornada 27 de la Segunda División.
Guillermo Mestre

“Si jugamos este partido diez veces, lo ganamos nueve”. El tópico se volvió a oír este viernes en La Romareda tras un encuentro, uno más, absolutamente desesperante para el aficionado del Real Zaragoza. Hay otro lugar común más que se rumiaba en el viejo estadio municipal, ese que dice que “jugamos como nunca y perdimos como siempre”. La segunda parte de la ecuación es correcta, ya que el equipo aragonés naufragó como tantas otras veces lo ha hecho en casa ante equipos teóricamente menores; la primera no lo es tanto, ya que el Real Zaragoza ha jugado bastante mejor de lo que lo hace con Julio Velázquez, a pesar de que ante el Cartagena tratara de acercarse al gol mil y una veces.

El sufrido seguidor del equipo aragonés tuvo, en efecto, la sensación de que ese partido ya lo había visto muchas veces. Son días en el que su equipo empuja y lo intenta, pero todos los caminos al gol se cierran en cuanto se llega al área. Los delanteros del Real Zaragoza siguen sin marcar, algo que ha dejado de ser noticia. Su rival, en cambio, siempre ve cómo las aguas del mar Rojo se abren de par en par en las pocas veces que pasa del centro del campo. El final del partido fue totalmente caótico, con Julio Velázquez acumulando atacantes a peso y colocándolos en posiciones casi desconocidas para ellos. El desenlace del partido lo dice todo.

Al técnico castellano se le va poniendo cara de Escribá. Hasta hace poco le medio salvaban los resultados, ya que no ganaba demasiado, pero tampoco perdía. Ahora, con dos derrotas consecutivas, su labor empieza a estar bajo la lupa. Claro que el examen no solo hay que hacerlo al banquillo, sino también a los que pisan el césped y a quienes decidieron traerlos. El Real Zaragoza está a punto de tirar por la borda una temporada más en Segunda División, salvo que inicie desde ya una reacción que resultaría realmente sorprendente. 

Ojalá alguien encuentre la fórmula mágica para resucitar a este equipo. Visto lo visto, parece complicado, pero la Segunda División ofrece oportidades casi ilimitadas a quien cree de verdad en sus posibilidades. En una campaña con récord de abonados, el socio -y el aficionado en general- no merece una nueva primavera con el equipo metido en la triste lucha por la permanencia.

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