REAL ZARAGOZA

El Real Zaragoza, de Ciudad Deportiva a Ciudad Deportiva

El equipo aragonés ultima los detalles del singular partido de este domingo ante el Amorebieta, que ejerce de local en los campos de entrenamiento del Athletic de Bilbao. Velázquez no tiene novedades.

La plantilla del Real Zaragoza, en la mañana de este viernes en la Ciudad Deportiva durante el penúltimo entrenamiento previo al viaje a Bilbao.
La plantilla del Real Zaragoza, en la mañana de este viernes en la Ciudad Deportiva durante el penúltimo entrenamiento previo al viaje a Bilbao.
José Vidal

El Real Zaragoza prepara durante toda la semana el penúltimo partido de la primera vuelta de la liga de Segunda División, el de este próximo domingo ante el Amorebieta, que se disputará en el campo central de la Ciudad Deportiva del Athletic Club de Bilbao, en Lezama. Este viernes, Julio Velázquez dirigió el penúltimo ensayo en la Ciudad Deportiva zaragocista. Es una cita que se envuelve entre 'ciudades deportivas', sin pisar los clásicos estadios que dan forma siempre al fútbol profesional. 

Velázquez no tiene novedades en su plan de trabajo. Los lesionados siguen lesionados y los aptos, con el único sobresalto de la ausencia de Mouriño en una cita preparatoria "por reparto de cargas" días atrás, siguen aptos. Porque el central uruguayo, principal beneficiado de la instauración del técnico del sistema táctico del 5-3-2, con tres zagueros centrales en su pizarra, se ejercitó de entrada sin mayor dificultad. 

El sábado, antes de partir hacia Bilbao, el equipo aragonés volverá a pulir los últimos detalles tácticos de nuevo en la Ciudad Deportiva. Ese factor de adaptación visual y subliminal al escenario grande, de graderíos altos, de fosos, vallas y alrededores de campo de fútbol profesional, esta vez se puede obviar. No es necesario. Lezama tiene hechuras de fútbol de cantera, de lugar de preparación diaria de un equipo de élite, lejos de la solemnidad de un coliseo de verdad. 

El Amorebieta requiere para Velázquez y los suyos un medioambiente diferente. Los vascos no juegan en su campo de verdad, Urritxe, porque no reúne las condiciones mínimas exigidas por La Liga. Ya les pasó hace dos años, cuando debutaron en Segunda antes de volver a descender. Ahora, el pasado verano, cuando reincidieron en un nuevo ascenso a la división de plata, repitieron plan: jugarían de prestado (de alquiler) como locales en Lezama, distante a menos de 20 kilómetros del pueblo de 19.000 habitantes que acoge este meritorio club vizcaíno. Ni se plantearon remodelar o adecuar Urritxe, donde ellos sí se entrenan pero sin poder jugar ahí sus partidos oficiales. 

Velázquez, que insistió una mañana más con una sesión de vídeo para explicar los detalles que pide a sus futbolistas durante el juego, está en disposición de repetir su once inicial de los dos últimos duelos, donde cosechó 4 de los 6 puntos dirimidos ante dos de los gallos de la competición, Leganés (ganó 1-0 el Real Zaragoza) y Espanyol, en Barcelona (1-1). Al menos los mismos futbolistas, aunque luego haya matices distintos al ser el Amorebieta un rival alejado en estructura a los dos anteriores. 

En cuestiones nominales, Nieto, Bakis, Azón, Cristian Álvarez (de recaída) y Lecoeuche siguen en la enfermería y con la baja médica. Así que, tal vez, las dos únicas opciones de ver alguna mutación en el equipo de partida puedan pasar por la inclusión de Lluís López en uno de los tres puestos de central (habría que ver quién es el sustituido en tal caso) y la búsqueda de un espacio para Manu Vallejo, el goleador desde el banquillo de Barcelona, en el dueto de ataque, bien por Mollejo (improbable) o bien por Maikel Mesa. Sería una respuesta lógica al viejo adagio de que "quien marca, juega el día siguiente".

Al principio de la tarde, sobre las 13.00, está programada la rueda de prensa previa al partido que ofrecerá Julio Velázquez. A más de 48 horas para el evento, con mucha más teoría gruesa que matices verdaderos sobre lo que aguarda. Y más, tras haber cambiado de técnico el Amorebieta: despedido Haritz Mujica, ha llegado al cargo Jandro Castro, el que fuera fino mediapunta, entre otros rivales zaragocistas de las últimas dos décadas, del Albacete, el Girona o el Gimnástic de Tarragona. Es, por ello, una preparación un tanto a ciegas la de Velázquez. 

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