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Sporting-Real Zaragoza: curvas peligrosas

El Zaragoza visita al fiable Sporting en un partido que debe marcar la reanimación de su fútbol y sus resultados. Escribá cuenta con las bajas de Nieto, Francho, Cristian y Francés. Son candidatos al once Lluis López y Borge

Imágenes del entrenamiento del equipo que dirige Fran Escribá en la Ciudad Deportiva. El Real Zaragoza ya mira al próximo rival, el Racing de Santander, en el duelo de la jornada 6 de Segunda División.
Mollejo, en un entrenamiento del Real Zaragoza
Oliver Duch

El Zaragoza ya se encuentra cerca de ese histórico periodo de sus otoños en Segunda en los que se le desploma el fútbol y los resultados, se le abren crisis en las carnes, y el entrenador de turno, da igual el nombre y los apellidos, acaba archivado en el pasado. Fran Escribá está aún lejos de ese punto y cuenta aún con sólidos avales, empezando por la situación clasificatoria de un equipo al que conviene fiscalizar con exigencia pero sin alejarse de la paciencia. La visita al Sporting de Gijón constituye un buen giro en la ruta de Segunda para comprobar el estado de la situación en el Real Zaragoza.

El equipo lleva un mes cayéndose, con los resultados agrietándose (una victoria, un empate y tres derrotas en el último tramo) y un fútbol vacío de contenido creativo y ofensivo al que, de momento, y visto a la legua, Fran Escribá aún no le ha encontrado cirugía ni soluciones, por mucho que contra el Alcorcón, en la primera mitad, arrojara ciertas luces en este sentido.

Por ahí se le pueden precipitar las dudas a un entrenador que, aparentemente, volverá remezclar la alineación con varios cambios, dentro de una política de gestión que, de momento, no le ha dado continuidad, reposo ni estabilidad a la línea de juego del equipo: su fútbol no acaba empapándose en los jugadores con ese trasiego.

En esta ocasión, con Francés de gira internacional, Lluis López apunta a volver al once, ante un rival que exige velocidad y defensa a campo abierto con dos puntas, como Otero y Djuka, de movimientos verticales, rápidos y afilados. Borge también tiene opciones de retornar al lateral izquierdo como antídoto frente al habilidoso y amenazante Haissem Hassan. Y en el medio, Moya es fijo con Marc Aguado y Jaume Grau jugándose una plaza. El resto está tan abierto como siempre: cualquiera puede entrar. Desde Bermejo a Sergi Enrich, pasando por Bakis o Mollejo.

El rival es peligroso. Lleva pleno de victorias en casa, en El Molinón, un estadio con aroma de Primera donde se viven los mejores días en tiempo. Allí ha ganado sus cuatro partidos jugados, frente a Mirandés (3-0), Burgos (2-1), Tenerife (2-1) y Elche (2-0).

El Sporting funciona bien, se está levantando La Mareona y se han vendido más de 2.000 entradas para el partido de hoy. El Real Zaragoza, quizá, encuentre lejos de La Romareda la serenidad que muchas veces atenaza a algunas personalidades: ya contra el Mirandés y el Alcorcón se observaron jugadores inseguros, temerosos ante el error, condicionados por el exigente escenario que conforman los suyos.

El Sporting, entrenado por Miguel Ángel Ramírez, quien debutó en enero con una victoria contra el Real Zaragoza aquel día en el que Alarcón se expulsó casi saliendo de vestuarios en el minuto 1, es un conjunto de modos modernos, ofensivo, muy profundo y eléctrico, con un sistema flexible y asimétrico que se articula en ataque con un 3-5-2 y en defensa con un 4-4-2.

Figura clave en ese mecanismo es Pascanu, posible baja (Rosas sería su relevo), un central cuando tienen la pelota y lateral derecho defensivo cuando no. Otro hombre esencial ese modelo es Gaspar Campos, autor de cinco goles esta temporada, liberado por dentro desde la banda izquierda, cuyo carril lo recorre el lateral izquierdo, quedando la banda derecha para el extremo de ese lado. En medio, dos pivotes, con el dinámico Roque Mesa al mando, y dos puntas veloces. Un equipo que juega bien. Una curva muy peligrosa camino del otoño.

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