Así ha sido el increíble error de Poussin que le ha costado la victoria al Real Zaragoza

El portero francés dejó el balón sobre el césped sin darse cuenta de que Insúa estaba a sus espaldas, lo que permitió empatar al Sporting. 

El fallo de Poussin.
El fallo de Poussin.
Heraldo

Parecía que la triste historia del Real Zaragoza en Segunda División había visto de todo. Pero algo como esto aún estaba pendiente. La jugada con la que el Real Zaragoza ha perdido este sábado los tres puntos en Gijón es de las que saldrán en esos recopilatorios de Youtube que muestran los errores más groseros del mundo del fútbol. El fallo de Poussin es de antología, y condena un buen partido del Real Zaragoza... y del propio Poussin, que hasta el gol había estado simplemente perfecto. Esto último va a dar igual. Todo quedó eclipsado por un fallo grosero, realmente increíble, del guardameta francés.

A estas alturas, será difícil que alguien no lo haya visto, pero fue así: corría el minuto 97, con el Real Zaragoza mandando 1-2 en el marcador. Poussin atrapó el enésimo balón aéreo que el Sporting había colgado en el descuento. Para sacar de meta, se echó el balón con la mano al césped, un par de metros más adelante, quizá para arañar unos segundos, quizá para ganar unos metros... Cometió el fallo imperdonable de no darse cuenta de que había dejado un rival a sus espaldas.

El central Insúa, que se había descolgado como delantero en el final del partido, se quedó sigiloso tras el guardameta francés. Cuando el balón rodó, se le anticipó, le robó la pelota, se giró y marcó a puerta vacía. El esférico se coló entre las piernas de Poussin y entró manso en la portería, ante el delirio de una afición local que no se lo podía creer. Nadie se lo podía creer.

Se trata de un error de los que ocurren de década en década. La mente de los aficionados voló hasta el 27 de mayo de 2000, cuando el ariete Raúl Tamudo pasó a la historia con un tanto similar. Con su Espanyol, hizo un gol de pillo en la final de la Copa del Rey al birlarle el balón al portero Toni, del Atlético de Madrid, cuando este dejó el balón rodando en el área para sacar de puerta. Aquel tanto valió un título. Este, un punto para el Sporting de Gijón, y dos menos para el Real Zaragoza.

Va a ser una losa tremenda para el portero francés. Poussin llegaba a Gijón con el recuerdo aún fresco de sus errores frente al Alcorcón de la semana pasada, cuando dos malas decisiones también con el balón en los pies supusieron los dos goles que le costaron el partido a su equipo.

Poussin sabía que iba a ser observado con lupa. La sombra de Cristian Álvarez es muy alargada, y la mochila con la que llegaba al choque era pesada. Pero su partido, hasta ese terrible minuto 97, estaba siendo realmente bueno. En la primera parte, al cuarto de hora del partido, sacó un mano a mano a Djuka que olía a gol. La jugada había sido invalidada por fuera de juego del ariete del Sporting, pero Poussin se había lucido. En el 33 sacó un disparo raso de Campos que iba esquinado. Estuvo seguro el portero francés.

Y más aún en la segunda parte. No pudo hacer nada en el gol de Campu, pero sostuvo bien a la defensa cuando el Sporting empezó a colgar balones al área. Atrapó por arriba todo. En el descuento cogió uno. Luego otro. Luego un tercero. Este fue el fatídico. Tras coger el balón, lo echó al suelo... y el resto es historia. Cuántas veces habrá visto el portero francés en su cabeza esta pasada noche el maldito momento en el que decidió hacer rodar el balón. Su rehabilitación no será sencilla.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión