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Real Zaragoza: sin fútbol y sin resultados

Tras el pleno inicial de victorias, un juego pobre y previsible castiga al equipo de Escribá, que suma un gol y tres puntos de 12 posibles en las últimas cuatro jornadas. El tercer tropiezo en casa es un serio aviso.

Partido Real Zaragoza - Alcorcón en La Romareda
Partido Real Zaragoza - Alcorcón en La Romareda
Toni Galán

No hace ni siquiera un mes, el Real Zaragoza era un equipo cargado de puntos y felicidad. El pleno de cinco victorias consecutivas convertía al conjunto de Escribá en el indiscutible líder de Segunda División. Aquel primer puesto, concretamente el último triunfo de aquella intachable serie de cinco partidos superados con éxito, escondía también una serie de importantes deficiencias que, solo cuatro jornadas después, han comenzado a aflorar en el juego del actual quinto clasificado.

Fue el 10 de septiembre, en el estadio del Cartagena, donde el Real Zaragoza bajó el telón a su extraordinario arranque de temporada. Ese día, el conjunto aragonés fue superado durante varios minutos por un rival que, además de estrellar dos balones en la madera, se marcó un gol en propia. La suerte sonreía a un equipo cuyo fútbol emitía ya algunas alertas.

Más allá de los tres puntos obtenidos de los últimos doce posibles, las sensaciones que transmite actualmente la plantilla de Fran Escribá así lo acreditan. El Zaragoza no ha sido capaz de ganar en su estadio, al calor de un público que cada semana roza el lleno como local, al Mirandés ni al Alcorcón. Dos conjuntos situados en la parte baja de la tabla que, más allá de la clasificación, evidenciaron un fútbol pobre y sin demasiados argumentos.

El actual Real Zaragoza es un bloque sin demasiada fluidez, con un juego lento y previsible, escaso de alternativas que puedan variar el planteamiento inicial de un partido. Este domingo, el Alcorcón ganó en la capital aragonesa haciendo algo tan simple como aprovechar los flagrantes errores defensivos de los zaragozanos. La fortuna hace ya algunos días que dio la espalda a los de Escribá. Y sin ella, el fútbol desnuda sus lagunas futbolísticas.

El de este domingo fue también el tercer partido de los últimos cuatro sin marcar. Es evidente que, sin hacer gol, el conjunto aragonés no solo recuperará la zona de ascenso directo, sino que será incapaz de frenar la peligrosa dinámica de resultados en la que se halla inmerso.

Bakis, otra oportunidad al limbo

En medio de esa escasez anotadora, un nombre emerge con fuerza como objetivo de todas las miradas. Se trata de Sinan Bakis, el delantero llamado a liderar este curso el juego de ataque, que todavía no ha inaugurado su cuenta particular. Después de dos encuentros consecutivos en la reserva, sin ni siquiera participar en los choques ante Mirandés y Andorra, el punta reapareció en la formación inicial. Sin embargo, volvió a tirar por la borda la oportunidad que le brindó el técnico.

El delantero turco-alemán volvió a mostrarse lento de movimientos, sin capacidad para armar la pierna y enfilar la portería rival. No solo tuvo un par de oportunidades muy claras dentro del área, sino que fue sustituido por Mollejo en el 59 cuando el Zaragoza ya perdía. En el primer balón que tocó, Mollejo hizo gol, aunque finalmente el VAR lo anuló. Notable diferencia.

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