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La historia de Barrita, el argentino que trajo el 'Moverse, maños, moverse' a Zaragoza

Él popularizó este cántico en la grada de La Romareda en los 90. "Me llamaban pesado y ahora se ha convertido en el lema de todos", recuerda. 

Carlos ‘Barrita’ posa con una camiseta pintada por él, con los colores del Zaragoza y de Argentina.
Carlos ‘Barrita’ posa con una camiseta pintada por él, con los colores del Zaragoza y de Argentina.
Oliver Duch

Todos lo cantan e incluso bailan, pero pocos conocen su verdadero origen. El ‘Moverse, maños, moverse’, lema de la campaña de abonados del Real Zaragoza y ritmo recurrente en los últimos meses, guarda una entrañable historia. El relato de quien lo trajo a la capital aragonesa y hoy se sorprende por la repercusión que ha tenido entre los aficionados.

Entonces me llamaban argentino loco, pesado, y ahora no dejan de entonarla”, recuerda Carlos ‘Barrita’, cuyo apodo está vinculado a su peculiar forma de vivir los partidos. A ese entusiasmo tan propio de las hinchadas sudamericanas, que cautivó a La Romareda a mediados de los años 90.

Su primera temporada animando aquí fue la 1993-94. Él proponía temas y la grada -el fondo norte al que acudía con el Ligallo- le seguía. Así se fue haciendo uno de los seguidores más carismáticos. Así instauró ese ‘Moverse, maños, moverse’ que hasta Alberto Zapater entonó en la noche de su despedida.

“Es una canción típica de Argentina. Se empezó a cantar en las canchas en los años 60 y se hizo típica entre distintas aficiones. Cada cual le pone su letra, y le transmite espíritu al jugador para que se levante”, explica Carlos, y lamenta -entre risas- no haberla registrado en su momento.

Ahora estaríamos forrados”, cuenta quien se siente “orgulloso” de que su cántico fuese utilizado por el club para captar socios. “Han sabido aprovechar su magia. Hay partidos que se remontaron por cantarlo, y ahora se ha demostrado también que tiene gancho”, prosigue este argentino de Lomas de Zamora con “mucho mundo” en su maleta. 

Salió de su país con apenas 20 años y, tras un periplo por Brasil, Italia y Holanda, se asentó en España. Primero en Barcelona, donde no le convencieron para hacerse seguidor del Barça, y posteriormente en Zaragoza, ciudad que sí lo enamoró futbolísticamente.

Trajo el cántico en los 90 y ahora suena cada partido en La Romareda

“Entendí que después del escudo del león no hay nada más. Me hice abonado en la temporada previa a ganar la Recopa y, aunque después tuve que darme de baja por problemas de dinero, ya no dejé de alentar”, añade Barrita, que, a sus 62 años, sigue acudiendo a la previa de algunos partidos.

Visitó a sus viejos colegas antes de jugar ante el Valladolid o el Racing de Santander, cuando el Real Zaragoza iba lanzado como líder de la categoría, y ahora recuerda que, ante el bache de resultados que está sufriendo el equipo, la unión entre aficionados y jugadores es más importante que nunca.

“Lo de ‘moverse’, que para nosotros los argentinos es ‘movete’, significa que tienes que espabilar. Y dejar de ‘joder’ quiere decir dejar de tontear”, aclara, y adelanta que entre sus nuevos proyectos está la creación de una murga -especie de batucada pero con mayor variedad de instrumentos- que mejore la animación de los partidos en casa.

Sería la primera de Europa, pero está por ver si a todos les parece bien. Además, necesitaríamos algún patrocinador”, completa Barrita, convencido de que un Real Zaragoza de Primera podría llenar un estadio de 55.000 espectadores. “Todo lo que sea hacerlo de menor capacidad, en mi opinión, será cometer un error”, concluye.

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