fútbol

Real Zaragoza, dos jugadores por puesto

Cordero ha reunido el plantel más equilibrado desde que el equipo aragonés se despeñó a Segunda División.

Iván Azón, Marc Aguado y Marcos Luna, en la sesión de entrenamiento de ayer.
Iván Azón, Marc Aguado y Marcos Luna, en la sesión de entrenamiento de ayer.
Francisco Jiménez

Rebobinando en el pasado inmediato del Real Zaragoza, buscando la mejor aproximación al ascenso a la Primera División, nos encontramos con el extraño caso post covid, la pifia de 2020. ¿Cómo pudo desvanecerse un equipo que tenía el ascenso hecho? ¿Cómo se pudo escapar el ascenso con un entrenador con la experiencia y los conocimientos de Víctor Fernández? Quizá, una de las causas fuera la poca rotación de la plantilla. Quizá por eso hubo jugadores que jugaron mermados. Y, claro, al final se rompieron, como Jawad El Yamiq. He dicho quizá... El Real Zaragoza quiere aprender de ese error. Este año, además de hacer un equipo de presente, no de futuro ni de pasado, Juan Carlos Cordero ha construido una plantilla con dos jugadores por puesto. Marc Aguado, cerebro del equipo del león, subrayaba esta evidencia ayer en estas mismas páginas. "Es más importante hacer grupo que equipo", dijo. Dos jugadores por puesto, rotaciones solventes como garantía de un once siempre competitivo, como respaldo para cuando vengan mal dadas, que, igual en Segunda que en Primera División, tarde o temprano, vendrán...

La portería la cuida Cristian Álvarez. Titular indiscutible. No es necesaria más literatura para calibrar su rol en el colectivo. Espera su oportunidad el francés Poussin, una de la escasas incógnitas de esa plantilla de realidades contratada por Cordero. En el lateral derecho, Fran Gámez, con el canterano Marcos Luna como alternativa. Probablemente sea la posición más débil (o menos poderosa) en el once aragonés. Cuatro centrales para dos puestos en el eje defensivo. Han comenzado jugando Alejandro Francés, muy mejorado, y Jair, con la solidez de siempre. Lluís López y Santiago Mouriño constituyen un aval escasamente discutible. En el costado izquierdo, el canterano Nieto vive sus mejores momentos, con Lecouche a la espera.

El centro del campo se ha enriquecido. La competencia asegura la regularidad en la zona ancha. Marc Aguado ha tomado la batuta, con Francho y Toni Moya de escuderos. En algunas ocasiones, parecen dibujar un rombo, figura geométrica propia de película setentera y de fútbol más contemporáneo. Jaume Grau puede entrar por Marc Aguado, Germán Valera por Francho Serrano, y Bermejo por Maikel Mesa, aunque casi mejor que no salga Maikel Mesa... Toni Moya, mejor que se quede en el once también... Ahora acaba de firmar Manu Vallejo, que se mueve por la izquierda en el medio, aunque rinde más cerca del área.

Arriba, Iván Azón parte como titular y referente ofensivo, mientras Bakis persigue igualar o mejorar los registros que firmó en el Andorra, esto es, los números que le han traído a La Romareda. Mollejo y Enrich se han erigido en alternativas. Ciertamente, lo son. El plantel todavía no está cerrado, pero toma forma de evidencia que Cordero ha logrado reunir una nómina con dos jugadores válidos por puesto. Sin duda, el plantel más equilibrado desde el maldito día en que el Real Zaragoza se despeñó a la Segunda División.

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