Real Zaragoza: más límite salarial, menos margen real

El Zaragoza se mueve en un escenario económico similar a la pasada temporada en la confección de la plantilla, aunque deberá afrontar el gasto de más rescisiones y otros clubes han mejorado su capacidad en el mercado.

Juan Carlos Cordero, este lunes sobre el césped de La Romareda.
Juan Carlos Cordero, este lunes sobre el césped de La Romareda.
Francisco Jiménez

El Real Zaragoza planifica su plantilla en un escenario económico parecido al de la pasada temporada. El club aragonés cree que va a incrementar su tope salarial, pero con un impacto muy ligero. Los nuevos patrocinios incorporados a la carpeta de ‘partners’, la esperada mayor recaudación en la venta de abonos y la constante reducción de deuda tendrán un efecto positivo en este aspecto, pero la subida no será lo suficientemente importante como para dar un salto significativo en la escala salarial de la Segunda División.

El Zaragoza, en este sentido, se mueve en una estimación de unos 10,5-11 millones de euros, en torno, a medio millón o un millón más que la pasada temporada. Esta cifra puede variar durante el verano, especialmente si hay alguna venta o algún ingreso extraordinario, aunque Cordero ya dijo al acabar la temporada que el club no le había transmitido esa necesidad y la intención era no traspasar a ningún futbolista. Por otro lado, hay que tener en cuenta, además, que una cosa es el tope salarial que permite LaLiga y otra tener la tesorería suficiente para cubrir esos pagos a futbolistas y cuerpo técnico.

En todo caso, aunque el Zaragoza sea autorizado por LaLiga a una masa salarial ligeramente superior; será una mejora muy relativa, pues su capacidad competitiva en el mercado de fichajes se está moviendo en un margen similar a la pasada temporada por dos razones principales. Por un lado, las cantidades que repercutirán negativamente en ese tope por efecto de las rescisiones de contrato que deben abordar Cordero y Raúl Sanllehí entre aquellos futbolistas a los que se les quiere dar salida (puede suponer cerca de un millón de euros si las fórmulas de salida que pacte el club no son las más favorables).

Y, por otro lado, porque la clase media salarial de la Segunda División, según diferentes actores del sector, apunta a ensancharse: es decir, el Zaragoza tendrá algo más dinero, pero otros clubes van a incrementar, en mayor medida incluso, su musculatura económica, mitigando así el poder adquisitivo con la que puede manejarse Juan Carlos Cordero en el mercado.

El Zaragoza se va a mantener en torno al sexto u octavo límite salarial de la categoría. Sin embargo, más clubes se van a mover en cantidades similares. El primer nivel lo seguirán ocupando los recién descendidos. El Espanyol prevé unos 25 millones, el Valladolid estima unos 18-20, y el Elche proyecta unos 15 millones. Son la élite económica de Segunda. Tras ellos, en un estrato inferior, apuntan a estar el Levante, que espera mantener en torno a los 13-15 millones con las ventas de algunos jugadores como De Frutos o Pepelu, y el Villarreal B, cuyo límite está incorporado en el del primer equipo, pero que se encuentra en torno a los 12-14 millones: el Villarreal B no compite por el ascenso, pero sí compite en el mercado de futbolistas, especialmente, de jugadores jóvenes y revalorizables.

Ya en el siguiente escalafón estará el Zaragoza, pero, a diferencia de otros años, este tercer grupo lo van a integrar, seguramente, más equipos que nunca. El Tenerife también volverá a moverse en 10-11 millones, mismas horquilla que el Eibar, que tras dos ascensos fallidos deberá ajustar su economía y bajar un peldaño sus aspiraciones de mercado. Pero a continuación, en unos 10-9 millones, apuntan a moverse el Oviedo, el Sporting (que ya estaban en este nivel), el Leganés (que como el Éibar reducirá notablemente su tope), además de Andorra y Albacete, gracias a sus buena clasificación del curso pasado y sus cuentas saneadas. Además, el Racing no estará lejos: calcula unos 8-9 millones, algo menos de la pasada temporada, donde se benefició del impacto positivo de la suculenta venta de Pablo Torre al Barcelona. Además, hay clubes con sistemas fiscales diferentes como el Andorra o el Eibar que, aunque LaLiga les computa salarios según la normativa tributaria nacional, tienen ventajas en la negociación de contratos.

Por otro lado, hay que tener en cuenta que varios equipos de la categoría, se van a ver beneficiados, además, por la nueva normativa, más permisible, aprobada esta semana por LaLiga para clubes con el límite salarial sobrepasado. Un flotador de última hora que también va a alterar las coordenadas iniciales de este mercado. Ahora, los clubes excedidos podrán gastar en salarios un 50% (y no el 40%) del coste que reduzcan previamente. El cambio de la regla incluye que esta cifra se eleve al 60% (y no el 50%) si el jugador con el que se genera el ahorro supone más de un 5% del coste de plantilla deportiva total (CPD), y establece que la suma de todo lo generado por los ahorros no podrá computar por más del 60% (y no el 40%) del exceso al inicio de temporada.

El entorno de mercado

En ese sentido, la capacidad económica del Zaragoza no va a crecer lo suficiente como para elevar su estatus salarial notablemente dentro de la categoría y optar a operaciones de otra dimensión salarial, sobre todo en cantidad. Su mercado real de jugadores va a ser parecido al de la última campaña, con el añadido de que esta vez va a haber más clubes con recursos para pujar por los mismos objetivos de mercado. Es decir, la bolsa de jugadores que representa la oferta se mantiene, pero crece la demanda.

El Zaragoza ha observando este cambio de escenario en sus primeros pasos de mercado. Primeras opciones por las que había ofertado se le han esfumado ante clubes de rango económico similar, pero que han concedido una mayor prioridad deportiva a esos jugadores. Es el caso, por ejemplo, de Rubén Yáñez. El portero, una vez desvinculado del Málaga tras su descenso, no ha desestimado la oferta del Zaragoza por el obstáculo que representa la jerarquía de Cristian Álvarez o por no tener asegurada la plaza; sino porque la propuesta del Sporting era claramente superior: los asturianos le ofertaron un salario elevado, propio de un futbolista principal o titular, mientras que el Zaragoza le propuso un sueldo de portero suplente, acorde a ese rango. 

Cordero decidió que no iba a entrar en pujas que desvirtuaran la relación rol-precio. Lo mismo ha sucedido con Dani Ojeda, a quien el Zaragoza le planteó una propuesta como futbolista complementario, una pieza de rotación que se había presentado como oportunidad de mercado al acabar contrato y poseer buen nivel de rendimiento y buenas cifras en la categoría. Sin embargo, su destino final, el Burgos, le ha concedido una relevancia mayor en su planificación deportiva y le ha ofertado de acuerdo a esa importancia. Cordero tampoco entró en esa puja final.

La clave diferenciadora, en este aspecto, en la gestión del presupuesto, entre los clubes del mismo ordenamiento salarial es la prioridad económica y deportiva que cada club dé a sus objetivos. El Zaragoza, en este sentido, se la ha dado muy alta a Sinan Bakis o se la intenta dar a Toni Moya. Ahí sí que el club ha ido con fuerza y ha sacado adelante las operaciones. Ha seleccionado sus prioridades deportivas y les ha asignado un esfuerzo económico a la altura de esa jerarquía: el mismo dinero, se puede gastar de muchas maneras.

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