El Real Zaragoza decidió al mediodía de este martes recurrir la primera de las dos tarjetas amarillas vistas por Cristian Álvarez en el partido del domingo frente a la UD LasPalmas y que, ya en el tiempo de aumento, en el minuto 95, derivaron en su expulsión del terreno de juego por decisión del árbitro sevillano Luis Milla Alvendiz. Pero el Comité de Competición falló horas después desestimando el pliego de alegaciones del departamento jurídico zaragocista, otorgando la presunción de veracidad al acta arbitral.

Esa primera amonestación fue justificada por el colegiado andaluz en el acta «por retrasar la puesta en juego del balón, con ánimo de perder tiempo». El club aragonés considera un exceso de celo tal supuesto del árbitro, pues Cristian Álvarez en ningún momento da muestras evidentes de tal voluntad de llevar a cabo una pérdida de tiempo. Y, además, no tiene sostén lógico considerar que el Real Zaragoza, con 1-1 en el marcador, no pensara en ganar el partido y, por el contrario, dar por supuesto por parte del juez del partido que solo la UD Las Palmas estaba tratando de hacerlo.

La segunda tarjeta, que llegó inmediatamente después de la primera, fue consecuencia directa de la sensación de injusticia que sintió Cristian Álvarez al ser castigado con cartulina amarilla por Milla Alvendiz. El árbitro explicó la razón «por aplaudir mi decisión de amonestarle por pérdida de tiempo», cuestión indiscutible que sucedió aunque, en la misma jornada el otros partidos del fútbol profesional español, otros jugadores tuvieron la misma conducta (incluso con mayores ademanes) y no recibieron el reglamentado castigo, lo que deriva en el sentimiento de agravio comparativo –también irrevocable– por parte del Real Zaragoza al ver las consecuencias que recaen sobre su portero titular por estos hechos.

Así, Cristian Álvarez fue castigado automáticamente con un partido de suspensión y queda excluido de jugar el domingo que viene el Oviedo en el partido de la jornada 39, que tendrá lugar en el Carlos Tartiere a las 18.30. El club, definitivamente, no va a proseguir con el recurso y no acude al segundo de los comités de la Real Federación Española de Fútbol, el de Apelación. Se asume así su baja en el Tartiere.