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Alejandro Francés: "Son los partidos que siempre quieres ganar"

El defensa central del Real Zaragoza, canterano y apasionado de su club desde niño, expone el modo en el que se afronta un duelo de rivalidad como el próximo contra el Huesca y cómo ha quemado etapas hasta convertirse en una referencia del proyecto actual. 

Alejandro Francés, en La Romareda, después del entrenamiento del Real Zaragoza.
Alejandro Francés, en La Romareda, después del entrenamiento del Real Zaragoza.
Francisco Jiménez

¿Cómo recuerda sus enfrentamientos contra el Huesca en su etapa en las categorías inferiores?Desde pequeño, he ido a muerte en estos partidos. Al igual que ahora, eran muy bonitos de jugar. Son derbis, así que se viven con mucha más energía, por el ambiente, por la rivalidad... Siempre me ha gustado jugar contra el Huesca. Son días en los que tienes un punto más de agresividad y de motivación. Eso sí, son los partidos que siempre quieres ganar.  final, la rivalidad te hace ser mucho mejor. 

¿Es cierto que este tipo de partidos cambia el día a día del vestuario?Sí. Es verdad que todos los partidos son importantes y en todos luchas por ganar. Pero, encima, esta semana que venimos de una victoria y estamos contentos, es diferente. Se nota. Se percibe otro ambiente. También la gente te da más cariño y apoyo fuera.

¿Es de los que observa este duelo como una rivalidad más artificial que histórica o lo entiende ya como un derbi plenamente consolidado?Lo veo como un derbi. Y estos partidos los vivo muchísimo porque se juegan entre equipos de nuestra tierra, son partidos de Aragón. No es una cosa de marcar territorio ni nada, pero a mí me gusta enfrentarme a equipos que son de aquí. Sacar los tres puntos contra el Huesca siempre es tranquilizante. Es cierto que es un club que lleva años haciéndolo bastante bien. Han formado muy buenos equipos y les han salido las cosas. Nosotros también luchamos por ascender. Este año no nos está dando, pero lo volveremos a intentar. 

Zaragoza y Huesca son equipos con parecidas fortalezas y debilidades. ¿Es de esos rivales replegados y ordenados a los que les cuesta más encontrarle la tecla y les exige un juego más incómodo?Ellos son muy fuertes en El Alcoraz. También es un equipo que concede pocas ocasiones y es agresivo. Es cierto que, cuando debemos tener el balón y nos enfrentamos a rivales que se meten más atrás, nos cuesta más. Pero llegamos con ganas. Puede que replieguen y tengamos más la pelota, pero podemos hacerles daño también así, este Zaragoza lo puede hacer también así y ganarles como ya hicimos en la primera vuelta con un resultado abultado. La mentalidad debe ser esa. 

¿Ha mirado mucho abajo en las últimas semanas?Aunque no hemos llegado a estar en una situación límite, la realidad es que hemos estado más cerca del descenso que de la promoción. Yo he mirado los resultados de los rivales de abajo, pero sabía que saldríamos adelante. Si ganamos al Huesca y enlazamos una buena racha, la cosa cambiará. 

"El Zaragoza ha cambiado mi vida. Me está ayudando a convertirme en un hombre"

¿Estas situaciones de dificultad bloquean más al futbolista cuando uno es de la casa y conoce las responsabilidades de esa camiseta?Las emociones propias del fútbol van mucho más al límite, porque somos zaragocistas, hemos crecido aquí y varios somos aún muy jóvenes. No tenemos la experiencia de Cristian o Zapater, por ejemplo. Son más tranquilos en situaciones así. Yo llevo tres temporadas en el primer equipo y no hemos luchado en ninguna por los objetivos que queríamos, incluso hemos estado en momentos más al límite. Es duro. 

¿Por qué? Porque vives rodeado de gente que quiere al Zaragoza de verdad. La familia, los amigos, los aficionados más cercanos... Ellos son los primeros que sufren, y eso te va metiendo también presión. Para muchos no es sencillo jugar con más de 20.000 personas en la grada cuando las cosas no salen. Pero del mismo modo es una gozada cuando se gana, cuando te quitas la tensión si vas por delante, como el otro día tras el gol de Giuliano. 

Tiene 20 años y ya conoce los tonos menos agradables del fútbol. ¿Le ha tocado crecer y endurecerse muy rápido?Sí. Entré en el equipo en una situación poco favorable. A todo el mundo le gusta más entrar cuando se gana, cuando todo va bien y se lucha por objetivos más bonitos... A mí, me tocó al revés. Todo esto me ha hecho madurar más rápido. Es verdad. Mis padres me dicen muchas veces que ya llevo tres años en el primer equipo, pero a mí se me han pasado volando. Yo analizo, y sí, me han tocado vivir ya momentos duros, pero también estoy contento de haberlos vivido porque te enseñan muchas cosas. 

¿En qué sentido?He pasado de ser una persona a ser otra. El Zaragoza ha cambiado mi vida. Me está ayudando a convertirme en un hombre. Me ha dado las condiciones mentales, y también físicas, para ser el jugador que quiero ser. 

"Yo soy de los jugadores que se enfadan mucho consigo mismo cuando no juega"

¿Por qué la titularidad se le ha resentido este año?No está siendo una temporada fácil, es cierto. Empecé jugando, pero aquella lesión del brazo me dejó fuera en un momento clave. Tuve altibajos. Pero es lo que digo: estas situaciones me están enseñando a darme cuenta de que no hay nada fácil, que nadie regala nada y que también tocan temporadas más complicadas. Esto me hace trabajar más fuerte y más. Yo he seguido creyendo en mi fútbol y en lo que hago. Luego, es el entrenador quien elige. Y el nivel de los centrales de este Zaragoza es muy bueno. Hemos dejado muchas porterías a cero. Yo estoy contento porque estoy aprendiendo de que al mínimo detalle de relajación y no estar 'enchufado' te quitan el puesto. Puede decirse que estoy aprendiendo más esta temporada que en las anteriores. 

¿Le quema el orgullo la suplencia?Sí. Yo soy de los jugadores que se enfadan mucho consigo mismo cuando no juega. Lo paso mal en el banquillo. Cuando toca, lo tomo como un toque de atención, así que esa semana después intento hacer mejor el trabajo. si tengo que hacer veinte carreras más, las hago... Esa profesionalidad siempre da nuevas oportunidades, como contra el Leganés.

¿Cree que se le exige más al canterano cuando no rinde a su nivel que al de afuera?Puede ser. Es un tema muchas veces de expectativas. Este año se habían depositado muchas esperanzas en jugadores como Azón, Francho o yo, y es verdad que ninguno de los tres hemos vivido un buen año. Iván ha tenido muy mala suerte con las lesiones, y Francho y yo estamos volviendo a lo que somos. Con confianza, podemos dar mucho más. 

¿En qué cree que debe mejorar como central?Sobre todo, en la defensa el área. Tampoco pido ser como Jair en esto. Sé que soy rápido y no suelo sufrir a la espada, también me gusta tener la pelota, así que debería mejorar en el juego aéreo y en ese tipo de acciones. 

¿Cuáles son los aspectos defensivos en los que incide más Escribá?No quiere errores atrás de ningún tipo. Exige cero fallos en la salida de la pelota. Él prefiere que los centrales no suban con la pelota a dividir al rival. Insiste en ser fuertes en el área y seguir las marcas. Que no nos rematen fácil. 

¿Prefiere defender hacia delante o hacia atrás?Me gusta tener los metros por detrás, con la línea delante. Al estar más juntos, se reduce el juego entre líneas del rival. 

Con Escribá, los centrales se relacionan menos con los pivotes. ¿Tiene que mirar ahora más lejos en los primeros pases?Depende también de los rivales. Hay equipos que nos conocen y nos presionan muy bien. Ante todo, intentamos no dársela al pivote cuando está de espaldas. Después, miramos al lateral, a Giuliano y sus constantes demarques y, si no, la diagonal a Bebé para que tenga el uno contra uno. 

Ahora que menciona a Giuliano. ¿Es tan agónico defenderlo en los entrenamientos como lo es para los rivales en los partidos?Me encanta tener este tipo de delanteros porque se aprende mucho con ellos. Giuliano va a ser uno de los mejores puntas. Estoy seguro. Es muy 'pesado', no da un balón por perdido, y tiene una cosa que es lo peor para un central: siempre te está chocando. Exige total concentración en muchas facetas: en las rupturas, en correr a la espalda, en la salida de balón... Si le dejas una, te la va a hacer. Y aun estando concentrado, a veces, te la hace. Es una suerte tenerlo en el equipo por lo que nos da, pero también porque defendiéndolo todos los días aprendemos a cómo hay que pararlo. 

¿Qué influencia ha tenido jugar al lado de un central como Jair en su evolución?He intentado aprender de su veteranía, en cómo disputa y cómo se sitúa. Impone mucho en defensa. Lo ves y es un armario. Es muy contundente en los duelos.

"Aunque llevemos diez años en Segunda, al campo vienen 20.000 personas todos los días. La pasión nunca va a desaparece"

¿Qué recuerdos tiene Francés del Zaragoza en Primera?Era muy niño, de nueve o diez años, pero recuerdo mucho esa última temporada en Primera. De ganarle al Sevilla, por ejemplo. Creo que el Zaragoza era un equipazo. Me encantaba ir a La Romareda, se respiraba mucho fútbol. Toda la semana iba al colegio pensando en que llegara el sábado o el domingo para ir a animar al Zaragoza. 

¿Ha temido en este tiempo en Segunda en que esa pasión de mucha gente por el equipo se fuera apagando?La pasión nunca va a desaparecer. Aunque llevemos diez años en Segunda, al campo vienen 20.000 personas todos los días. Lo que sí es verdad es que esa gente no disfruta igual porque las situación es la que es. Pero estoy seguro que esto lo sacaremos entre todos y ojalá en un futuro se pueda regresar a Primera. 

¿Sigue pensando en tener una carrera larga en el Zaragoza?Ojalá. Esta es mi casa. Solo he mamado esto. El Zaragoza me lo ha dado todo y me ha hecho ser mejor persona. Me está haciendo un hombre. A mí me encantaría triunfar aquí. 

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