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Más ensayos del mecanismo de ataque, bajo los ánimos de Sebas Corona

La plantilla del Real Zaragoza cubrió en la mañana de este lunes algo más de dos horas de entrenamiento táctico en Boltaña, sin el hospitalizado Juan Carlos Carcedo al mando y con su segundo como referencia. 

Sebastián Corona, con Valentín Vada.
Sebastián Corona, con Valentín Vada.
Daniel Marzo

Muy parecido resultó el entrenamiento matinal de este lunes 18 de julio en Boltaña al que, 48 horas antes, sirvió para estrenar el campo de Villaboya en el Pirineo Aragonés como sede de la segunda fase de la pretemporada del Real Zaragoza. El contenido, gemelo: decenas y decenas de jugadas de ataque, partiendo desde atrás, con equipos de 10 jugadores de campo en juego asemejable al real (sin rival, que por ahora son muñecos), culminadas con balones a las bandas, centros al área y entrada al remate de al menos cuatro piezas que llegan desde atrás. 

La gran diferencia fue el timonel. El primer día fue el entrenador titular, Juan Carlos Carcedo. Esta vez, con el técnico hospitalizado en Zaragoza desde la noche sabatina por un susto tremendo, al sufrir un problema cardiaco, fue su segundo, Sebastián Corona, el que dirigió el programa de trabajo. Ayudado siempre por el preparador físico, Sergio Domínguez, por Javi Suárez y, con los porteros, Mikel Insausti. 

Se añadió al repertorio un largo ejercicio de controles y pases rápidos, de combinaciones al primer toque bien trenzadas entre tres y cuatro jugadores en un espacio de campo que bien podría ser la línea media, la de creación. Se busca agilidad de mente, fugacidad en los reflejos, celeridad de pensamiento. Que el balón fluya, que no se haga un fútbol lento y previsible. Todo lo contrario será lo recomendable. 

Corona, un alter ego de Manolo Jiménez

Se echó en falta a Carcedo, por supuesto. De repente, el guía del nuevo proyecto no puede estar por unos días al frente del equipo y el mundo no para, hay que seguir entrenando en una fase del verano crucial para la estructuración del equipo 22-23. Y ahí, de improviso, ha surgido la figura de Sebastián Corona, el segundo del riojano, ahora de forma interina primero. 

Y observar a Corona desenvolverse como voz en 'off' de todo el entrenamiento ha deparado una singular curiosidad retrospectiva: el timbre de su voz, su acento sevillano, sus frases autóctonas dichas con muchos decibelios en el silencio del Valle del Ara sonaban idénticas a Manolo Jiménez. Taparse los ojos o mirar hacia otro lado mientras Corona daba indicaciones o vitoreaba las buenas acciones de los futbolistas (no ha dejado de hablar en toda la mañana, es un entrenador híperactivo) dejaba la sensación de que ahí seguía Jiménez, como en 2012 y  2013. Al fin y al cabo, uno es de Lora del Río (el actual) y otro de Arahal, dos localidades señeras de la provincia de Sevilla, con todo el poso de semejanzas que ello deja en dos paisanos de ese rincón de la España del sur. 

La siguiente cita, en la tarde del lunes, a las 19.00, de nuevo con un calor exagerado para lo que es habitual en estas latitudes pirenaicas. En ella estará el tercer fichaje zaragocista, el delantero Víctor Mollejo, tras haber sido presentado antes de comer en la Ciudad Deportiva del Real Zaragoza. 

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