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Real Zaragoza: apuntes para el futuro

En posiblemente el mejor partido del año, el Real Zaragoza deja una notable versión en Oviedo y escribe varias notas de provecho para el proyecto que viene: Bermejo, Grau, Jair, Gámez, Chavarría... Y Cristián Álvarez 

DEPORTES. OVIEDO - REAL ZARAGOZA / 16-05-2022 / FOTO: AURELIO FLOREZ[[[FOTOGRAFOS]]]
DEPORTES. OVIEDO - REAL ZARAGOZA / 16-05-2022 / FOTO: AURELIO FLOREZ[[[FOTOGRAFOS]]]
DEPORTES. OVIEDO - REAL ZARAGOZA / 16-05-2022 / FOTO: AURELIO FLOREZ

El Real Zaragoza no ganó en Oviedo, desenlace que a estas alturas de la película importaba lo justo y necesario para no corromper más los mínimos del decoro y la dignidad competitiva, pero dejó un derroche de fútbol al que apenas nos ha acostumbrado esta temporada. Su empate a tres en el Carlos Tartiere, sus tres goles, tantos como había marcado en las seis jornadas anteriores, permite extraer una mirada provechosa para el futuro. Más que sobre cuestiones generales sobre el estilo o el modelo de Jim, sobre casos particulares, futbolistas con nombres y apellidos que tienen en este final de temporada un periodo de vindicación, de ganarse una plaza en el futuro proyecto del club, una nueva era que arranca ya mismo. Porque el Zaragoza que viene deberá partir desde varias de sus piezas actuales.

Y ahí, emergen jugadores que en Oviedo dijeron “aquí estoy yo”. Fue el caso, por ejemplo, de Sergio Bermejo, activo, agitador y, por fin, finalizador, determinante, sumado números. Metió dos goles, acabó jugadas, se exprimió en defensa… Es un jugador de dinámica irregular al que no se le puede desligar de su situación contractual: cobra el mínimo, como los canteranos, y su fútbol de esta temporada ha estado por encima de ese valor salarial. Joven, conocedor del Zaragoza y de la categoría, debería ser un jugador con billete en el próximo tren. Todo puede pasar con un Bermejo que ya amaga con salir del cascarón y consolidar su fútbol con continuidad, el aspecto que más le ha condicionado en sus dos temporadas en el Real Zaragoza.

Un boleto también lo deberían tener garantizados los dos jugadores más regulares y constantes del curso zaragocista junto a Francés: su compañero en la zaga Jair Amador y el lateral derecho Fran Gámez. El central anotó en Oviedo y aplicó su jerarquía sobre Borja Bastón, amenaza rival muy reducida en este partido. Jair ha sido un defensor de garantías todo el año, un perfil muy valorado en Segunda, con experiencia, defensa del área y hechuras competitivas. Un acompañante ideal para Francés.

Por su parte, Fran Gámez volvió a llenar de vida y velocidad el flanco derecho, centrando con peligro (de uno de ellos salió el gol de Jair) y confirmando que es un futbolista de rendimientos estables y fiables. Rápido y astuto cuando va para arriba, cumplidor en defensa… Gámez ha ido entonando su acierto en centros y últimos pases, y ayer fue una pesadilla para el Oviedo en ese costado. Su asistencia a Jair es la sexta que reparte esta temporada, líder del equipo en ese aspecto.

Buena huella dejó en Oviedo también Chavarría, como Bermejo, futbolista en evidente línea de progresión este año. Tenso en defensa y atrevido en ataque, dejó en Oviedo otro partido prometedor. El equipo también agradeció la claridad y el equilibrio en el juego de Jaume Grau, otro futbolista en el que creer en el futuro. El mediocentro apareció en la titularidad dos meses después, tras superar su problema cardíaco, y lo hizo dentro de las mismas coordenadas que entonces.

Y quien en Oviedo volvió a lucir sus alas de ángel fue Cristian Álvarez. Otra exhibición del argentino, negando a los locales un par de remates de gol y parándole a Borja Bastón un penalti. Es el segundo que para este año de tres recibidos. Pero más allá de eso, Cristian, veterano, ya en la última curva del fútbol, dejó claro que es portero, todavía, para bastante. Al menos, para estar.

En el lado opuesto de la balanza, el partido de Oviedo dejó varios borrones, algunos ya habituales. Juanjo Narváez no necesitó más que el tiempo que jugó para mostrarse desconectado de todo, incómodo, jugando su partido y no el de todos, asunto que se repite sin que el jugador y Jim encuentren una solución. Sabin Merino, un día más, fue un quiero y no puedo, peleado contra el gol que no llega y contra el contrato de tres años y medio que le firmó el Zaragoza. O Zapater, al que el tercer gol del Oviedo sacó a destiempo en la fotografía, como si el ritmo de este fútbol le pasara por encima.

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