Sporting - Real Zaragoza: es el momento de huir del peligro
El Real Zaragoza se juega en Gijón una opción excelente para abrir brecha con la zona de descenso.
Como sucedió en la primera vuelta, si el Real Zaragoza es capaz de ganar esta tarde en El Molinón de Gijón al Sporting y, así, enlazar dos victorias consecutivas unida esta a la de la pasada jornada ante Las Palmas, habrá arreglado sus serios problemas clasificatorios puntuales de hace ocho días en buena medida y en un espacio de tiempo reducido. Ese es el gran valor estratégico del choque que disputarán los aragoneses hoy, en la sobremesa dominical, a las 16.00, en el magno estadio asturiano dedicado al fallecido y mítico Enrique Castro Quini hace justo ahora cuatro años.
Perdió el Fuenlabrada el viernes por 3-1 en Almería, por lo que los madrileños no van a recortar ni uno de los siete puntos de ventaja que adquirieron los de Juan Ignacio Martínez ‘Jim’ tras doblarle la mano a los canarios el otro día en La Romareda por 2-1.
El otro que podría volver a encender las alarmas, el Amorebieta, juega después que el Zaragoza, en Zorrilla (18.15) ante el Valladolid. Dura salida para los vascos, pero en esta Segunda División uno no se puede fiar ni de su sombra. Y, ojo, el filial de la Real Sociedad vuelve a la vida. Alarma. Eso sí, paralelamente a echar una mirada al retrovisor, ejercicio obligado siempre cuando se han hecho las cosas mal o muy mal durante los primeros siete meses de competición, lo primordial es el trabajo y las rentas propias. Y ahí, el choque de hoy a orillas del Cantábrico se antoja como estación clave en el devenir inmediato de los zaragocistas, tan proclives a no ganar, a marcar pocos goles y a emitir señales de fútbol escaso y carencias severas desde agosto.
Hace falta un empujón de rentabilidad como aquel que se dio a principios de noviembre derrotando, en una trilogía tan llamativa como decisiva para sobrevivir durante semanas y semanas casi sin comer y sin beber, con tres triunfos ante Burgos (0-1), Sporting de Gijón (2-0) y Las Palmas (2-3). Así que, hoy en El Molinón, es el momento de clonar aquel respingo en la tabla clasificatoria que salvó del K.O. a Jim y nos ha traído a todos hasta aquí con más pena que gloria, pero sin llegar a ponerse azules por falta de aire.
El entrenador alicantino evitó frente a Las Palmas una crisis que podría habérselo llevado por delante ya mismo o a cortísimo plazo. Y, con él, Torrecilla. Ahora, por cómo este negociado del fútbol hoy en día, puede darle la vuelta a la tortilla radicalmente con el deseado triunfo ante un Sporting que tampoco carbura según sus aspiraciones, de ascenso, claro está. Jim ha perdido piezas importantes por el camino ante esta cita tan relevante. Tendrá que ser certero en la composición del once inicial y, sobre todo, en esas sustituciones que tan poco suelen gustar a la opinión pública. A la lesión de rodilla de Zapater (al menos dos meses de baja), se han unido Petrovic y Nano por distintas dolencias musculares. Lo del punta canario es digno del cristal de Bohemia por reiteración. También la sanción por cinco tarjetas deja en casa a Francés, un fijo en la zaga. Y, según se deduce por la coincidencia de datos públicos, Álvaro Giménez -goleador vital ante Las Palmas- ha sido captado por el virus de covid en esta semana. Es la de hoy una tarde para ver al siempre discutido Lluís López como central y a Grau como pivote.
En frente, el cuadro gijonés suma dos derrotas seguidas ante su público, 2-3 el último día ante la Ponferradina y 0-1 hace quince días contra el Eibar. Andan de bajonazo. Por eso fue despedido hace pocas horas su entrenador primigenio, David Gallego, y hoy se estrena el conocido José Luis Martí (Pep Lluís, dicen otros). Siempre despista algo enfrentarse a un rival con técnico debutante.
El Molinón ha sido históricamente un lugar amable para el Real Zaragoza. No es mal sitio para aspirar a levantar el cuello en medio de la desorientación de los últimos dos meses. Los dos equipos son tal para cual.
