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A la espera del ansiado gol

El Zaragoza demuestra en su debut que acertar con los delanteros es clave esta temporada y Torrecilla tiene dos semanas fundamentales para armar la plantilla definitiva.

Foto del partido Real Zaragoza-Ibiza, primera jornada de Segunda División, en La Romareda
Foto del partido Real Zaragoza-Ibiza, primera jornada de Segunda División, en La Romareda
Oliver Duch/Toni Galán

Como estaba previsto, el Real Zaragoza 21-22 nació en una versión y coordenadas muy similares a las que concluyó la temporada anterior. El equipo que prepara Juan Ignacio Martínez tiene el mismo esqueleto que el curso pasado y, como no puede ser de otro modo, similares virtudes y defectos. Es un equipo rocoso, que se defiende con cierta solvencia y que tiene en sus dos centrales, Jair y Francés, junto al portero Cristian, a sus hombres más importantes, de mayor peso en el equipo. 

El ejercicio defensivo de anoche ante el correoso Ibiza fue notable, con un Jair sobresaliente y un Francés creciendo de menos a más durante la noche. Jim ha conseguido que los jugadores no renuncien a un esfuerzo y, en este sentido, poco se les puede reprochar. En algunos casos, son igual de generosos en la carrera que limitados después en la toma de decisiones.

En este escenario ya conocido y vivido la campaña precedente, hay una cuestión mayor que, sin duda, va a marcar el desarrollo futuro de la temporada: el gol. Al Real Zaragoza le falta el mismo olfato anotador que casi le cuesta la categoría el año pasado. Sin Gabriel Fernández, Alegría y Vuckic, solo Iván Azón repite en la plantilla, pero el canterano -que anoche pasó muy desapercibido, lejos del balón-, no es un futbolista en el que pueda recaer, hoy por hoy, todo el peso atacante del Real Zaragoza. A la espera de comprobar qué sucede con el futuro de Juanjo Narváez, el hombre diferencial, Miguel Torrecilla tiene por delante las dos semanas más importantes del verano y del mercado

El director deportivo, anoche presente en el palco teléfono en mano, está obligado a acertar con la contratación de los -al menos dos- ‘nueves’ que deben rematar la plantilla aragonesa. Con la cesión de Álvaro Giménez prácticamente sellada desde Cádiz -su llegada podría producirse este mismo fin de semana-, Torrecilla tiene que afinar bien con el otro punta. Ahí está, quizá en esta cuestión concreta, el futuro de este Zaragoza, que ante el Ibiza demostró que va a competir durante todo el año con sus limitaciones, pero al que le cuesta un mundo generar fútbol ofensivo: no remató ni una vez a puerta ante un recién ascendido al que el partido se le hizo demasiado largo y que terminó pidiendo la hora. Una película conocida, ¿verdad?

Adrián demostró que está para jugar más, Puche exhibió descaro en la banda en su estreno con el primer equipo, Sainz es rápido y puede aportar desde el costado, Igbekeme, por momentos, se pareció al de sus tardes buenas... pero con esas pequeñas pinceladas, concentradas en el tramo final, no le llegó al Zaragoza para intimidar de verdad a un equipo recién ascendido. Señales de lo que puede ser la temporada si estas dos semanas de mercado no terminan con varias presentaciones de jugadores que, posteriormente, sean verdaderamente importantes. Jim, por el momento, deberá seguir sumando puntos por el camino con los mimbres de los que dispone hasta que pueda contar con las piezas definitivas para armar un bloque que, seguro, será competitivo pero en el que la llegada -o no- del ansiado gol marcará el discurrir de la temporada.

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