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El público volverá este miércoles a La Romareda 527 días después de la última vez

El Real Zaragoza-Deportivo de La Coruña del 23 de febrero de 2020 fue el último día en que se abrieron las puertas a la afición antes de que estallara la pandemia mundial de covid que paralizó la vida y lo cambió todo.

Luis Suárez acababa de marcara el 3-1 a favor del Real Zaragoza ante el Deportivo de La Coruña el 23 de febrero de 2020, el último día con fútbol de verdad, con público, en La Romareda.
Luis Suárez acababa de marcara el 3-1 a favor del Real Zaragoza ante el Deportivo de La Coruña el 23 de febrero de 2020, el último día con fútbol de verdad, con público, en La Romareda.
Toni Galán

Cuando este miércoles, en 24 horas, comience el partido entre el Real Zaragoza y el Getafe, un amistoso que recoge el cartel del Trofeo Ciudad de Zaragoza-Memorial Carlos Lapetra, habrán pasado 527 días desde que hubo fútbol en La Romareda con público por última vez. Eso es un año y medio, 18 meses de imposibilidad de acudir a ver al equipo in situ, de tener que conformarse con verlo por la televisión. Y, en sentido inverso, desde el prisma de los futbolistas, 527 días jugando a solas, sin ánimos, sin ambiente estimulante, con eco vacío que convirtió el balompié en algo fantasmagórico, desnaturalizado y aberrante.

Aquel último día con gente en las gradas de La Romareda fue, además, una jornada de fiesta. El Real Zaragoza ganó 3-1 al Deportivo de La Coruña el 23 de febrero de 2020 y se colocó vicelíder, lanzado hacia una Primera División que parecía más cerca que nunca en los últimos ocho años de calvario ininterrumpido por la Segunda. Y el estadio estuvo prácticamente lleno. Se vivían ya días de vísperas de algo grande. Se jugó a las 4 de la tarde de un domingo. Hacía sol, buen día, casi primaveral. Las comidas, los almuerzos previos al tempranero choque (un horario casi clásico, de los que enamoran y seducen) generaron un ambientazo a la vieja usanza.

Marcaron Eguaras, Atienza y Luis Suárez. Los de Víctor Fernández redondearon un buen partido y la gente disfrutó con intensidad. Y ahí, sin que nadie pudiera saberlo, se acabó el fútbol de veras en Zaragoza. Todo lo que ha venido después ha sido un sucedáneo. Una pena. Un padecimiento. Hace 527 días, quienes estuvieron en las tribunas de La Romareda, no sospechaban lo que se avecinaba. Este miércoles debería ser el primer día del resto de la vida futbolística.

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