El 2020, y lo que llevamos de 2021, están siendo tiempos de estadios vacíos, cerrados al público hasta nueva orden con motivo de la pandemia. Los seguidores de los equipos, los hinchas, los peñistas... cuentan los días para volver a los estadios para animar a sus equipos.

Y si no que se lo digan a los aficionados del Real Zaragoza, que siempre se han caracterizado por el apoyo incondicional a su equipo. Esta semana queremos echar la vista atrás para recordar cómo históricamente los zaragocistas han apoyado al club independientemente de las circunstancias. 

A través de la fotografía que puede ver arriba viajamos a los años 30. Eran tiempos difíciles y las aglomeraciones de público no eran bien vistas por las autoridades. Sólo el fútbol podía considerarse una excepción, pero siempre bajo unas estrictas medidas de vigilancia y control. La presencia de la Guardia Civil, debidamente uniformada y armada, era requisito obligatorio para poder comenzar los partidos en Torrero.

La irrupción de la Guerra Civil paralizó, evidentemente, todas las competiciones deportivas en España. Su finalización significó el regreso del fútbol de élite, que durante los tres años de la guerra había sobrevivido a base de partidos amistosos entre equipos militares, sin licencias federativas.

Las gradas de Torrero se volvieron a llenar el 24 de julio de 1938 para ver el retorno del Zaragoza. Dos años después del comienzo de la Guerra Civil y de la paralización de las competiciones, el equipo blanquillo regresó a su estadio para jugar un amistoso ante una selección del Alavés y el Oriamendi. Los uniformes militares abundaban entre el público, como se puede ver en la siguiente fotografía.

Marín Chivite

Cada semana tiraremos de hemeroteca para viajar en el tiempo, a través de las imágenes de nuestro archivo histórico, y recordar algunos de los hitos más destacados del Real Zaragoza.

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