Las cinco claves del hundimiento deportivo del Real Zaragoza

El terremoto que se ha llevado por delante a dos entrenadores (Rubén Baraja e Iván Martínez) y un director deportivo (Lalo Arantegui) en apenas cuatro meses de temporada tiene múltiples razones deportivas. El Real Zaragoza 2021-2021 es un equipo sin fútbol ni dominio de las áreas, las dos cuestiones que marcan si un equipo es o no competitivo. Es un Zaragoza diametralmente opuesto al de, por ejemplo, la temporada anterior, en la que el ascenso se le escurrió de las manos tras el parón por la covid-19. En 15 encuentros, presenta los peores números de su historia y está instalado desde hace semanas en los puestos de descenso. Solo ha ganado un partido y el otro triunfo con el que cuenta se lo regaló el Alcorcón a través de una alineación indebida. Estas son las cinco claves del hundimiento zaragocista.

1. La planificación deportiva

De los diez fichajes que el dúo Lalo Arantegui y José Mari Barba cerraron en el pasado mercado estival, apenas tres tienen la vitola de titulares indiscutibles. En Castellón, en la última jornada, solo Juanjo Narváez, Pep Chavarría y Jair Amador estuvieron en el once inicial. En el banquillo, sin apenas peso específico en el equipo, Zanimacchia, Larrazabal, Gabriel Fernández, Vuckic, Tejero, Bermejo… Adrián González, llamado a ser importante por su veteranía y conocimiento de la categoría, apenas ha jugado 90 minutos tras acumular dos lesiones. Tras las importantes salidas de verano (Suárez, Puado, El Yamiq, Guti...) no ha habido relevos de garantías.

2. Un equipo sin llegada ni gol

Solo el colombiano Juanjo Narváez ha respondido mínimamente a las expectativas generadas. De los atacantes de la plantilla, solo él ha anotado con un mínimo de regularidad (suma cuatro goles). El resto de los integrantes de la línea ofensiva (Fernández, Vuckic, Zanimacchia, Raí, Larrazabal, Papunashvili…) no han estrenado aún su cuenta goleadora. El Zaragoza padece un gran déficit en su línea de creación, tiene numerosos problemas para generar llegadas al área rival y sus números ofensivos son muy negativos. Apenas ha anotado 12 tantos en 15 jornadas.

3. Fragilidad defensiva

A pesar de que la apuesta por Rubén Baraja iba de la mano de la búsqueda de convertir al Zaragoza en un equipo sólido y firme en defensa, los números se han caído y han desmontado esta teoría con el paso de las semanas. Ha perdido nueve partidos en 15 jornadas, ha encajado 18 goles y no mantiene la portería a cero desde hace siete semanas. Los cambios de sistema, el último con la apuesta por una defensa de cinco, tampoco han frenado la sangría atrás. El equipo tiene, además, un importante problema para defender el balón parado. El Zaragoza sufre para defender las faltas laterales y los córners. De hecho, el Oviedo y la Ponferradina le ganaron recientemente a través de goles desde la esquina.

4. Incapacidad para empatar

En el fútbol profesional, un punto es un punto. Y mucho más en las actuales circunstancias clasificatorias que sufre el Real Zaragoza. Si la victoria no es posible, puntuar siempre es positivo. En este sentido, el conjunto aragonés se ha mostrado en las últimas semanas como un equipo incapaz de sostener, al menos, un empate. En Castellón perdió en el minuto 84. Ante el Espanyol en el 69. Con el Rayo en el 83. Frente a la Ponferradina en el 78. En Anduva en el 93... el Real Zaragoza es un equipo que baja física y futbolísticamente de un modo alarmante su nivel en los segundos tiempos, circunstancia que sus rivales siempre aprovechan. Solo el recién ascendido Sabadell ha perdido más partidos que el Zaragoza.

5. El lastre de las lesiones

En un año marcado por una pretemporada atípica –corta y sin apenas amistosos– la cuestión física está adquiriendo más relevancia que nunca. Al bajón del equipo en las segundas partes, se une una larga lista de futbolistas que han pasado durante el inicio de curso por la enfermería. Han estado o están lesionados Cristian Álvarez, Jair, Atienza, Vigaray, Nieto, Igbekeme, Eguaras, Adrián González, Narváez, Papunashvili... Ni con Rubén Baraja ni con Iván Martínez, el equipo ha encontrado un once titular sobre el que cimentar una idea de juego. Los cambios han sido una constante con los dos entrenadores, que han buscado desesperadamente exprimir una plantilla que, de momento, ha demostrado que no da para más.