fútbol

Iván Martínez busca la vacuna para el Real Zaragoza

El conjunto aragonés visita este domingo Ponferrada con la necesidad de ganar.

Real Zaragoza
Iván Martínez, junto a su inseparable Javi Suárez, con los aperos de trabajo.
Guillermo Mestre

Vivir, o lo que eso sea, en el decimonoveno escalón de la clasificación, igual de Segunda que de cualquier categoría, produce desasosiego. Allí se halla instalado el Real Zaragoza, en puesto de descenso a Segunda B. Dentro de la provisionalidad propia del primer tramo del curso, las dos únicas victorias (en verdad, una, pues la otra la concedió la alineación indebida del Alcorcón), los 10 escuálidos puntos en 11 jornadas denotan el estado real del conjunto aragonés, más necesitado que nunca de revertir una situación que lo amenaza todo. Ése es el objetivo esencial que persigue su nuevo entrenador, Iván Martínez, en la cita programada para esta noche en El Toralín de Ponferrada: tres puntos para detener la sangría zaragocista.

Nos referimos a lo último, a la inmediato, a ese Zaragoza que se cae en la actual clasificación. Pero el mal, sin embargo, viene de atrás. Eso proclaman los datos: el equipo del león rampante es el peor equipo de España en lo que llevamos de pandemia, con solo 19 puntos capturados sobre 72 dirimidos. Llegó a marzo pletórico, como segundo clasificado, en puesto de ascenso, con Víctor Fernández como inquilino del banquillo. Después del confinamiento, se desvaneció, cayendo en seis de los siete encuentros que disputó en una Romareda muda. Solo le ganó a la Ponferradina, precisamente el rival de hoy, que llegó a Zaragoza salvada en la jornada anterior. A ese equipo desplomado, que dejó escapar un ascenso para el recuerdo, se le marcharon sus cuatro mejores jugadores: su mejor defensa (El Yamiq), su mejor medio (Raúl Guti), su mejor delantero (Luis Suárez) y Puado. Ese equipo sin sus cuatro mejores hombres, y no otro, recibió Rubén Baraja y su inflexible 4-4-2. De ese equipo, y no de otro, asume ahora la dirección Iván Martínez, el técnico que rompió todos los moldes en el fútbol de formación y que se enfrenta ahora al reto del fútbol profesional.

Recibe Iván un Zaragoza desorientado. Lo dicho, ese equipo que se arrastró y tiró el ascenso menos sus hombres más destacados. Como los fichajes de Lalo para el nuevo curso apenas han enseñado nada, a excepción de Narváez, la suerte de Baraja estaba echada mucho antes de perder en Tenerife. Los recambios no funcionan. El perfil de algunos de ellos, sobre todo en el centro del campo, tampoco se ajustaba al plan de Baraja. Ergo, Lalo se equivocó de jugadores o de entrenador. Veremos ahora cómo rinden con los planes de Iván Martínez. Porque Baraja solo tenía un plan. Se jugara ante quien se jugara, en el campo en que se jugara y con el marcador que se jugara, Baraja siempre disponía a sus hombres en un 4-4-2. El hecho se define por sí mismo, no necesita de más glosas... Iván, no; Iván tiene más de un plan. Porque, igual que no se juega siempre ante el mismo rival, igual que no se juega siempre en el mismo campo, igual que no se juega siempre con el mismo resultado, es obvio que en el fútbol hay que tener más de un plan. A ver si acierta hoy Iván con el plan que maneja para vencer en Ponferrada.

En su estreno de la semana pasada ante el Oviedo, Iván Martínez también dibujó un 4-4-2. Eso sí, con rombo en el medio, esto es, con dos ángulos obtusos y dos agudos. Conviene conservar los agudos y cambiar los obtusos. Iván, para nada obtuso y sí muy agudo, lo hará. También cambiará, si puede, de portero, poniendo a Cristian en vez de a Ratón, decisivo ante el Oviedo. Arriba también moverá el árbol. Incluso el ángulo del rombo más cercano a la pareja delantera podría incorporarse a la vanguardia. Queda tiempo para reaccionar, pero la vacuna es imprescindible para este Zaragoza hundido desde que apareció la maldita covid. Iván Martínez la busca sin descanso para rehabilitar al Real Zaragoza.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión