Debutó Iván Martínez, varió el sistema de juego, y el resultado fue semejante. El entrenador zaragozano reordenó el 4-4-2 de Baraja con un centro del campo en rombo, apostando por los jugadores (Eguaras, Zapater y Javi Ros) que ya conocían este esquema de la época de Natxo González, pero el equipo, como es normal, se mostró en fase de transición hacia los nuevos métodos impuestos. Poco se le puede achacar al técnico debutante. Quizá algo más de atrevimiento en un once titular en el que dejó fuera a Francho Serrano, para después introducirlo en busca de la reacción cuando el Oviedo le dio la vuelta al choque con dos goles consecutivos –uno justo antes del descanso y otro al regreso de vestuarios– que, en opinión del propio Martínez, fueron «las dos claves» del encuentro. 

«Que te metan un gol en el minuto 45 condiciona. Si hubiésemos llegado al descanso con 1-0, confío en que pudiésemos haber ganado o sacado algo positivo. Tengo la sensación de que en la primera el equipo ha estado mejor, teniendo el control, pero los goles te marcan», señaló, instantes después de su estreno al frente del primer equipo, un Martínez convencido de que el Zaragoza no fue inferior al Oviedo. 

«En el fútbol hay que dominar las dos áreas. Con el trabajo de esta semana no nos ha dado para ganar y eso nos tiene que convencer para seguir trabajando en el aspecto defensivo y ofensivo. Desde mañana por la mañana –por hoy– vamos a trabajar para inculcar nuestra idea. Solo nos queda trabajar y entrenar para cambiar la dinámica lo antes posible y tener más confianza en el juego», añadió Martínez, antes de reconocer que, mirando la situación del Zaragoza en la tabla clasificatoria, es normal que haya «preocupación».

Los aragoneses son decimoctavos, suman ocho encuentros consecutivos sin ganar y, en función de los resultados que se produzcan en la jornada de hoy, pueden caer a puestos de descenso a Segunda División B. Por ello, el nuevo preparador zaragocista considera que recuperar a sus jugadores anímicamente va a ser fundamental para enderezar el rumbo del equipo. 

«La cabeza es lo más importante en el fútbol. Ellos –el Oviedo– venían en dinámica positiva, y eso influye en la confianza. Tenemos que trabajar todo: mentalidad, táctica… Los jugadores son los que juegan y son los que nos van a sacar de aquí», valoró Iván Martínez, orgulloso por la actitud mostrada por sus hombres después de sufrir las consecuencias de algunos errores puntuales, como el del portero Ratón en el 1-0. 

«A pesar de haber tenido solo tres días para preparar el choque, los jugadores me han hecho caso en la idea que quería trasladar y se han levantado y han dado la cara con el marcador en contra. Si no hubiésemos encajado ese primer gol, el resultado hubiese sido otro. Después, en el arranque de la segunda parte, ellos han vuelto a acertar y nos han marcado», enfatizó el joven entrenador, para terminar valorando las bajas que merman el bloque.

Numerosas bajas

Frente al Oviedo no pudo contar ayer con Jair, Adrián González, Atienza, Nieto, Cristian Álvarez (lesionados), Vuckic, Papunashvilli (convocados con sus selecciones) ni Nick Buyla (cuarentena de covid). Y en Ponferrada, a esos nombres, a la espera de recuperar alguno, habrá que añadir el de Alejandro Francés, que ayer vio la cartulina roja. «Pensaremos cuáles son las cualidades del rival y quiénes mejor estén jugarán. Si tiene que jugar alguien más del filial lo hará. También nos condiciona el tema de los jugadores con ficha del B», concluyó Martínez.