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Un superhéroe blanquillo

Miguel Ángel Navazo, zaragocista de 11 años enfermo de cáncer, ha querido escribir una carta para pedir la asistencia masiva al partido de Aspanoa. 

Miguel Ángel Navazo, niño de once años enfermo de cáncer, en la sede de Aspanoa.
Miguel Ángel Navazo, niño de once años enfermo de cáncer, en la sede de Aspanoa.
Guillermo Mestre

Cada superhéroe viste a su manera. Todos necesitan un traje icónico para invocar su fuerza. Desde los legendarios cómics de Marvel, hacia las habitaciones del Hospital Infantil Miguel Servet, donde las máscaras son blancas y las capas azulonas. Como los colores de la camiseta del Real Zaragoza que Miguel Ángel Navazo, niño de once años que ha querido escribir una carta para pedir la asistencia masiva al encuentro de Aspanoa del próximo domingo, se enfunda antes de enfrentar las sesiones de quimioterapia y radio.

Le diagnosticaron un sarcoma de Ewing -cáncer poco frecuente que se manifiesta en los huesos o el tejido suave- el pasado 8 de marzo, y los partidos del patio de su colegio, el Gustavo Adolfo Bécquer de Garrapinillos, cambiaron forzosamente de escenario. "Será solo un tiempo, que en la portería no hay recambio", adelanta el pequeño, ataviado con la distintiva gorra de los arqueros de antaño. Aquellos eran bravos, resistían bien los golpes. Miguelito, también. Lleva dos operaciones y nadie le he escuchado una queja.

"Las enfermeras lo llaman el ‘muy bien’; siempre responde lo mismo cuando vienen y le preguntan que cómo está. Es tan valiente como su abuelo", explica el padre, Sergio, un soriano del Numancia aunque poco futbolero. "El zaragocismo me lo inculcó más mi madre, Carol", ataja el pequeño, acostumbrado a animar con ella desde el fondo norte de La Romareda. "Ahora no me dejan ir. En el campo hay demasiada gente, mucho alboroto para mí", prosigue el segundo de los cuatro hermanos Navazo, conformado con tener que ver a su equipo a través de la pantalla.

Las camas de Oncopediatría son la tribuna de los aficionados más fieles, pero Miguel Ángel ya está listo para saltar al césped. El domingo debutará en la tradicional cita de Aspanoa, junto a amigos de la asociación e ídolos de la Recopa. Desde el capitán Aguado, hasta el incombustible Andoni Cedrún. Ninguno quiere perderse la oportunidad de colaborar.

"Hasta que no te toca vivir una situación así, no sabes bien lo que significa este evento ni la magnitud real que tiene. Estaremos eternamente agradecidos a Aspanoa y también al Real Zaragoza, estrechamente vinculado a la causa", cuentan los padres, separados legalmente pero más unidos que nunca por la enfermedad del muchacho.

"Nos juntaremos por la mañana con todos los tíos, veremos el partido contra los veteranos del Real Madrid y comeremos en grupo. La familia nunca se ha perdido y esta batalla la ha reforzado", revelan Sergio y Carol, antes de una jornada que volverá a convertir Aragón, por vigesimoquinto año consecutivo, en referente de la lucha e investigación contra el maldito cáncer infantil.

Después, Miguel Ángel Navazo, ahora encogido por las cicatrices de la última intervención en la espalda, continuará con el tratamiento y la rehabilitación hacia nuevas estiradas bajo los palos del Gustavo Adolfo Bécquer. Porque todos merecemos vivir como niños alguna vez, haciendo grandes las pequeñas cosas y no al revés. Porque los superhéroes deben ser adultos o de ciencia ficción. Porque la felicidad es el único poder mágico exigible entre esos locos bajitos que reparten sonrisas.

Miguel Ángel Navazo, zaragocista de 11 años enfermo de cáncer, ha querido escribir una carta para pedir la asistencia masiva al partido de Aspanoa.

La carta de Miguel Ángel

El tradicional encuentro de Aspanoa es el evento solidario más multitudinario de Aragón. Zaragoza es la única ciudad que consigue reunir anualmente a 20.000 personas en un partido de veteranos, pero toda colaboración humana contra el cáncer infantil es poca. Por eso el pequeño Miguel Ángel Navazo, niño de once años al que le detectaron cáncer a comienzos de este 2019, reclama el apoyo de la sociedad a través de una carta. En su debut en la cita, quisiera ver una Romareda repleta.

"Este partido es muy importante para mí. Iré acompañado de toda mi familia y, además, estoy muy contento porque me han dicho que podré bajar al campo con mis hermanos y otros niños", reza el escrito, antes de recordar cómo la plantilla del Real Zaragoza se volcó con él al saber que padecía sarcoma de Ewing. 

"Me invitaron a estar en un entrenamiento y me gustó mucho porque tanto los jugadores como Víctor Fernández se hicieron fotos conmigo. Además, me pude sentar en el banquillo de La Romareda y me regalaron un balón firmado por todos", prosigue el texto, para acabar reclamando la asistencia masiva de espectadores. "Este domingo nos gustaría que toda la gente acudiera al partido, ya que es un acto benéfico muy importante para seguir con la investigación de la enfermedad. Nos vemos en La Romareda para meterle un gol al cáncer", concluye el emotivo mensaje. 

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