En el ecuador de la Liga

El entrenador del Real Zaragoza, Víctor Fernández.
El entrenador del Real Zaragoza, Víctor Fernández.
Guillermo Mestre

Este fin de semana, la Liga de Segunda alcanza el ecuador, hito que sirve por lo general para que cada cual en esta competición se mire a sí mismo, con el mercado de invierno abierto para restar puntos débiles e incrementar fortalezas. En cuanto toca al Real Zaragoza, llegados a este punto, la diagnosis básica es bien conocida. Si el equipo aragonés vence mañana al Málaga, en el estadio de La Romareda, se ubicará un poco por encima de los registros de la pasada campaña a estas mismas alturas. Si capitula, se quedará un poco por debajo. En este sentido, la situación es pareja. En todo caso, es posible que no deje de resultar en el fondo una anécdota. El hecho aparentemente más relevante radica en el sustancial cambio que ha experimentado el equipo tras el desembarco de Víctor Fernández, después de que le precedieran Imanol Idiakez y Lucas Alcaraz. El laureado entrenador zaragozano ha inspirado un cambio de tendencia, ha redescubierto el camino de la victoria y ha reavivado las ilusiones que estaban aletargadas, cuando no perdidas. Víctor representa parte de los mejores momentos de la historia del club y por alguna escondida razón a la que no alcanza al conocimiento del común ha vuelto a conectar con un halo positivo, de fe y creencias. El Real Zaragoza daba constantes vitales muy bajas antes de su llegada y ahora mira de frente a cualquiera. También al Málaga.