A vueltas con el sistema defensivo y los defensas

El Zaragoza sigue buscando, a través de los cambios de sistema y jugadores, sellar su portería. Sin embargo, los errores individuales siguen siendo su principal rémora.

Varios jugadores del Real Zaragoza, en un entrenamiento en la Ciudad Deportiva.
Varios jugadores del Real Zaragoza, en un entrenamiento en la Ciudad Deportiva.
Raquel Labodía

De la habitual defensa de cuatro a los tres centrales y los dos carrileros largos. Ahogado por su propia dinámica y sangría de goles encajados, el Real Zaragoza ha mutado en las dos últimas jornadas su esqueleto defensivo. Lucas Alcaraz ha modificado el sistema táctico del equipo, pasando del instaurado 4-4-2, con rombo en el centro del campo, a un 5-3-2 que muta a un 3-5-2 en ataque. El objetivo era, y es, evidente: el Real Zaragoza necesita reducir drásticamente los goles recibidos. Con 18 tantos en contra, es el séptimo equipo que más encaja de toda la Segunda División y, con 10, el cuarto que más goles recibe como local. Una rémora indiscutible, alarmante.

El cambio de traje en las dos últimas jornadas no ha solucionado, de momento, el problema de los goles encajados, con un total de tres en 180 minutos frente al Nástic de Tarragona y al Mallorca. Tres tantos, además, que volvieron a evidenciar que más allá de los sistemas o incluso de los nombres propios, el gran foco de los problemas defensivos del club aragonés debe situarse sobre los errores individuales. Los fallos de marca, la falta de concentración, los despistes, las decisiones individuales desacertadas son la gran merma del equipo, muy por encima de su estructura defensiva concreta de cada partido.

Un desajuste a la salida de un córner entre Verdasca y Nieto propició el 1-0 de Fali en Tarragona, mientras que de nuevo la falta de contundencia de Perone y Verdaca –a quién agarran- en otro saque desde la esquina patrocinó el 1-0 del mallorquinista Lago Junior en La Romareda. Un prototipo de gol encajado que se viene repitiendo desde el arranque de temporada, más allá de si el Zaragoza juega con cuatro o con cinco defensas. Los fallos de Grippo y Papunashvili en Almería, la espalda de Lasure en el 1-0 en Albacete, el regalo de Álvaro Vázquez ante Osasuna, la pérdida de Zapater frente al Lugo, la defectuosa conducción de Verdasca en Elche... el catálogo de equivocaciones fatales es demasiado extenso para un equipo que quiere pelear por la zona alta de cualquier clasificación.

La lista de errores se viene engrosando, además, con independencia de los nombres individuales. Imanol Idiakez y Lucas Alcaraz han utilizado, en mayor o menor medida, a todos los defensas de la plantilla. Incluso en diferentes posiciones a sus habituales, como las apuestas de Nieto o Delmás como centrales en la línea de cinco. Sumando todos los minutos oficiales -incluida la Copa del Rey-, Dani Lasure es el defensa del Real Zaragoza que más ha jugado, con 1.145 minutos, seguido de Verdasca, 1.122, y Alberto Benito, 988. El lesionado Grippo se despide de la temporada con 890, mientras que Perone (540), prácticamente inédito en primer tramo de liga, ya ha jugado más que Álex Muñoz (511), el único fichaje del club este verano para la línea defensiva. Las acciones de los polivalentes Delmás, 494, y Nieto, 465, han subido varios puntos en las últimas jornadas y apuntan a continuar en el once en la trascendental visita de este domingo al Alcorcón.

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