Verdasca se fue del campo al sentir síntomas de diarrea

El central sufrió un bajonazo físico súbito en pocos minutos y, en el minuto 38, se tuvo que sentar en el campo al notar el malestar gástrico.

Verdasca, sentado en el césped al sentir la sensación de diarrea que ocasionó su cambio en Albacete este viernes.
Verdasca, sentado en el césped al sentir la sensación de diarrea que ocasionó su cambio en Albacete este viernes.
Captura LFP TV

La dolencia de Diogo Verdasca que provocó su salida prematura del campo en el minuto 38 del Albacete-Real Zaragoza este viernes no tiene nada que ver con una lesión ordinaria en el mundo del fútbol. Al contrario, se trata de un achaque, de una enfermedad probablemente de origen vírico y de duración corta. El central portugués se marchó del estadio Carlos Belmonte porque sintió todos los síntomas de una súbita diarrea, ese malestar repentino que impide continuar con la actividad normal a cualquier persona cuando asoma de improviso.

Por eso, en medio del lío por el cambio de Papunashvili, la atención médica que requirió el georgiano tras sufrir el balonazo de Acuña que dejó su pierna derecha maltrecha para seguir sobre el terreno de juego, Verdasca optó por sentarse también sobre la hierba y pidió la sustitución inmediata. Así se lo fue diciendo (con la mano tapándose la boca) a todos los que se acercaban a él, compañeros, árbitro y, finalmente, el médico del Real Zaragoza, el doctor Martínez, al que se le amontonaron cuestiones relevantes en apenas 60 segundos. Un fuerte dolor de barriga, un bajonazo de fuerzas y de atención al esfuerzo físico, terminó con Verdasca en el vestuario con suma antelación y, posteriormente, con una sensación de descontrol que pasará a base de tratamiento, dieta y el discurrir de las horas, de un par o tres de días.

Al luso, como le ocurre a su compañero Papu, también le favorece que el siguiente duelo liguero ante el Osasuna sea dentro de 10 días en La Romareda, el lunes 8 de octubre. No hay prisa. Tiene tiempo de sobras para recuperar el tono de cara al choque con los navarros, salvo que ese efecto gastroenterítico tenga una raíz más seria de lo que, en principio, pareció en Albacete tras el partido, cuando la expedición zaragocista pernoctó en el Hotel Los Llanos a la espera de regresar este sábado a Zaragoza en sendos trenes AVE, con escala en Madrid.

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