Idiakez y su fuego lento con los canteranos: "No quiero medallas ni crear cadáveres"

El entrenador del Real Zaragoza, que está contando con 8 jugadores de la base a causa de las lesiones en el primer equipo, rebaja las expectativas que fluyen en el entorno.

Los 8 canteranos que han venido trabajando con la primera plantilla desde el inicio de la actual pretemporada.
Idiakez y su fuego lento con los canteranos: "No quiero medallas ni crear cadáveres"
Daniel Marzo

'De la gran secada a la gran remojada', es un refrán aragonés de uso generalizado en la tierra para definir el carácter voluble y extremo en las valoraciones que suele tener el nativo de estos lares, en líneas generales, en muchos apartados de la vida. En el ámbito del Real Zaragoza y en lo relativo a los futbolistas de la cantera, es posible que se esté viviendo algo de eso en los últimos días. 'Cuando no hay cartera, ha de haber cantera', reza otro adagio manido en el mundillo futbolístico y que en Zaragoza ya tuvo su razón de ser en otros tiempos de crisis (Manolo Villanova lo sabe bien y lo describe siempre así cuando rememora aquellos duros años 80 del siglo pasado con el austero Armando Sisqués como presidente).

Viene esto a colación por la corriente ultracanterista que, inopinadamente, ha comenzado a fluir en las últimas 72 horas dentro de un verano raro, sin fichajes masivos llegados desde fuera en contra de lo que fue habitual últimamente, y con un paquete numeroso de lesionados relevantes que han dejado a la plantilla con un perfil extraño, en manos de un entrenador que también es nuevo. Imanol Idiakez, el técnico, se ha visto forzado a reclutar hasta 8 futbolistas del filial, el RZD Aragón, varios de los cuales llegan directamente del equipo Juvenil de División de Honor.

Son los casos del portero Paisa y de los jugadores de campo Nieto (el único veterano del grupo pese a sus 22 años), David Vicente, Clemente, Torras, Soro, Baselga y Carlos Vicente. No cabe contemplar en este grupo ni a Pep Biel, al que el club hizo ficha del primer equipo recientemente (y así se anunció), ni a Raí Nascimento, que desde el verano pasado es jugador a todos los efectos de la primera plantilla e, incluso, ocupa una de las dos plazas de extranjero -extracomunitario- de la misma.

Fue tan impactante, por inusual durante largas décadas, que el año pasado la mayor parte de los chicos ascendidos del filial acabasen siendo piezas importantes en la liga del Real Zaragoza que, con buenas dosis de inercia subconsciente, muchos zaragocistas tienden a considerar ahora que ese fenómeno puede ocurrir cada año. Lo atípico es lo ocurrido en los últimos meses, con el despuntar positivo de los Pombo, Raúl Guti, Delmás o Lasure, y todos ellos de manera simultánea en el tiempo. Y eso que, del grupo de elegidos hace un año en la pretemporada de Boltaña, a dos no se les dieron las coordenadas necesarias para ampliar ese elenco: Zalaya y Raí Nascimento, que podrían haber elevado aún más la cifra de muchachos promocionados desde la base hacia el primer equipo si las piezas de su puzle particular hubieran encajado convenientemente con las pestañas confrontantes, como en todo puzle bien terminado y sin taras.

En este final de julio de 2018, por mor de las circunstancias, la mayor parte del zaragocismo está empezando a conocer a chicos como Soro, Clemente, Baselga, los hermanos Vicente... Muchos, simplemente de nombre. La mayoría, en lo referente a su cara o sus modales en el juego. Y, seguramente por mimetismo con lo ocurrido el año anterior, la tendencia es a exagerar las ponderaciones y, con toda la ligereza del mundo, apostar de súbito por su incorporación al plan de ascenso a Primera División del Real Zaragoza ya mismo. Un pimpampún que responde a pies juntillas a lo de 'la gran secada y la gran remojada'.

Al hilo de esto, y anticipándose a este movimiento peculiar de canterismo acérrimo, el nuevo entrenador del Real Zaragoza, Imanol Idiakez, expuso el viernes al mediodía en Boltaña, a la conclusión de la concentración pirenaica del equipo, su modo de entender el presente de estos chicos que ahora están ayudando a la plantilla del primer equipo a llevar a cabo una difícil pretemporada a causa de las lesiones y de los fichajes importante que aún faltan por llegar y que van a retrasarse (los de la delantera). Y el técnico donostiarra fue claro y contundente, para que nadie pueda decir que no le ha entendido. Los canteranos del presente, los que jugaron sus minutos en Tudela este sábado o, anteriomente, el bolo de Boltaña el jueves, necesitan tiempo de cocción y nula precipitación.

“El caso de Raúl Guti el año pasado -por citar uno- fue muy diferente a lo actual. Él era ya maduro. Este año, quitando a Nieto, el resto de canteranos que están con nosotros son senior de primer año. Tengo los ojos muy abiertos y estamos deseando que tiren la puerta… pero tener que tener paciencia. No me gustaría que corriéramos”, comenzó advirtiendo Idiakez antes de emitir su frase lapidaria al respecto: “Creo que tenemos en el Real Zaragoza una muy buena generación detrás. Incluso me atrevo a decir que dos. Estamos esperanzados, pero no me gustaría precipitarme con ninguno de ellos. Y menos colgarme una medalla para que dentro de un tiempo sean cadáveres. Habrá que consolidarlos en el primer equipo solo cuando estén preparados. Y aún estamos en ese proceso”, subrayó de la manera más descriptiva posible.

Así pues, este verano de 2018, salvo cambio radical de los vientos y las mareas, no hay lugar para fundamentalismos canteristas. Lo del año anterior, el hecho de que puedan subir 4 o 5 chicos del filial a la primera plantilla, tendrá que darse (y eso sí está en los planes) más adelante, cuando los actuales recién salidos de edad juvenil maduren y crezcan convenientemente. A los que están haciendo la pretemporada con el primer equipo, este periodo va a servirles de solera excelente para el futuro. Pero, por ahora, nada más.

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