Bienvenido de nuevo, Toquero

El delantero vitoriano, uno de los fichajes de peso del Real Zaragoza el último verano, regresó al equipo en Pamplona tras más de 2 meses de baja con una asistencia de gol.

Toquero pugna con Unai García en los instantes previos a su asistencia de gol a Borja Iglesias que significó, este sábado en Pamplona, el 0-2 para el Real Zaragoza ante el Osasuna.
Bienvenido de nuevo, Toquero
Daniel Marzo

Gaizka Toquero volvió a lucir su número 23 en la camiseta blanquilla este sábado en Pamplona. El delantero vitoriano regresó al césped en partido oficial frente al Osasuna después de haber estado más de dos meses de baja, tras sufrir una lesión delicada el 5 de enero, en el entrenamiento previo a recibir al Barça B en La Romareda tras las fiestas navideñas. Una seria rotura muscular en el muslo derecho que ha requerido mimo, cuidados intensos y paciencia hasta restablecer la pierna dañada en condiciones de volver a jugar con garantías.

Y Toquero, uno de los fichajes de peso del Real Zaragoza el último verano, retornó al equipo con una asistencia de gol de gran valor, un pase al hueco preciso al desmarque de Borja Iglesias que dejó solo al ariete gallego ante el portero rival, Sergio Herrera, al que batió por alto. Era el minuto 80 y ese tanto significó el 0-2 que apuntalaba el vital triunfo aragonés en El Sadar. Toquero llevaba solo 3 minutos y medio en el terreno de juego, pues había sustituido a Pombo en el 76.

Una vuelta deseada por la afición, un regreso ansiado por el cuadro técnico, porque Toquero es mucho Toquero en el vestuario. Un tipo con carisma. Una pieza que, con su sola presencia, aporta valores diferenciales al equipo desde el prisma de cualquier rival de Segunda División. Un jugador veterano, listo, con oficio, con un perfil atacante sin demasiados parecidos en la categoría.

Cuando Toquero se cayó de los planes de Natxo por su lesión eran los tiempos de las vacas flacas. Las más flacas de la temporada. El alavés jugó su último partido como titular en Albacete, a finales de diciembre, en aquel feo 0-0 del doble viaje prenavideño que concluyó el tramo de 2017 en Valladolid 3 días después. Allí, en Zorrilla, Toquero había disputado sus últimos minutos antes de la lesión, supliendo a Eguaras en el último cuarto de hora en el 3-2 amargo con el que despidió el año natural el Zaragoza.

Es decir, que Toquero no ha tomado parte de la brillante remontada del equipo en la segunda vuelta por culpa de su dolencia física. Pero eso no debe llevar a engaño. Por más que el aluvión de buenos resultados haya acontecido en ausencia del punta vasco, en muchos momentos de la buena racha Natxo lo echó en falta. "Él tiene capacidad para retenerte el balón arriba, para provocarte faltas por sus características. A balón parado, te da opciones en el juego aéreo. Y ya, si asiste, es la leche. Gaizka, para nosotros, por supuesto que es importante", apuntó el entrenador blanquillo al término del partido en Pamplona.

Toquero ya ha vuelto. Otra arma más para el técnico. Un arma pesada en las labores ofensivas. Un futbolista que da miedo a los adversarios. Y, para que él mismo se sienta útil de inmediato y engrane cuanto antes con la sintonía ganadora del resto, ese pase medido de gol que Gaizka donó a Borja Iglesias para el 0-2 ante el Osasuna supone una gran dosis de moral y confianza para el contrastado jugador zaragocista. En las últimas 11 jornadas de liga, Toquero tiene ante sí muchos momentos de trabajo de envergadura táctica por ofrecer al equipo.

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