Diogo Verdasca no jugará en Tarragona porque, simplemente, no viaja a Tarragona. No está lesionado ni tiene molestias. Como breve y concisamente apuntó Natxo González a la hora de explicar su convocatoria, "lo de Diogo Verdasca, es una decisión técnica". No hubo más que añadir por parte del entrenador. No hay más que decir, realmente. El joven central portugués de 21 añós pasa, de este modo, de ser titular fijo e intocable a la grada, a quedarse en tierra en un desplazamiento fuera de casa.

Verdasca, desde que comenzó a aparecer en las alineaciones del Real Zaragoza, ha mantenido una línea sostenida de destilación de virtudes y posibilidades de que en él pueda emerger un defensor importante, mezclada en la coctelera global con diversos yerros, de esos que cuestan goles y, en algunos casos, puntos. Gajes de ocupar un puesto de tanta responsabilidad en la estructura de un equipo. Lo primero siempre fue el motivo de justificación de su apuesta como central titular en el actual Zaragoza. Lo segundo, siempre se explicó como fruto inevitable de su juventud, de su ímpetu casi juvenil, de su inexperiencia en el ámbito profesional (vino en julio procedente del Oporto B, el filial de 'Os dragoes').

En esa dinámica de comportamiento, Verdasca ha jugado en 21 de los 26 partidos de liga con el Real Zaragoza. De ellos, 20 como titular y 19 completos. Suma casi 1.800 minutos. Titularísimo con Natxo desde que, tras no empezar como pieza prevalente en los dos primeros partidos ante Tenerife y Granada en agosto, debutó en Córdoba en la 3ª jornada. Solo se perdió, además de esos dos duelos iniciales, el de Almería por acumulación de cinco amarillas y, posteriormente, los dos choques jugados fuera de casa antes de la Navidad en Albacete y Valladolid como consecuencia de la tarjeta roja directa que vio frente al Cádiz por decirle al árbitro -más de una vez- "qué malo eres".

La llegada de Perone, la recuperación de Mikel González y la puesta a punto de Grippo nuevamente, invitan a estas alturas de febrero a Natxo González a darle un serio toque de atención a Verdasca con esta decisión de no convocarlo, "por decisión técnica", para el envite contra el Nástic. Tiempo de recapacitación para el luso. Por el banco de pensar ya han pasado antes otros. Esta vez, el aviso es para Verdasca, cuyas últimas actuaciones dejaron bastante que desear en lo individual y, como sucedió en Alcorcón, costaron algo más que rasguños al quehacer del equipo en general.