La humildad de Lalo, de nuevo a colación

Hace muchos días, cuando en noviembre el Real Zaragoza encalló en su primera crisis de resultados tras encadenar en 15 días los dos partidos nocivos de la temporada, aquellos viajes a Huesca y Álmería, Lalo Arantegui citó por primera vez el concepto 'humildad' como medicina necesaria en el zaragocismo para evitar dolores de cabeza y nervios como los que genera el presente rabioso que vive la entidad en el último lustro. Fue un consejo del director deportivo que, por ser un tratamiento de choque con los hábitos históricos del viejo club, ahora en Segunda División, fuera de su lugar natural, costó asimilar a buena parte de los escuchantes.

Lalo lo ha repetido, gota a gota, cada vez que ha asomado públicamente desde entonces. Y en este primero de febrero, a la hora de hacer balance del mercado invernal cerrado con el fichaje último de Bruno Perone, Arantegui volvió a incidir en su tesis de conducta que debería seguir cualquier zaragocista que quiera evitarse disgustos. La humildad salió de nuevo a colación y con frases y ejemplos rotundos por parte del ejecutivo blanquillo.

"Al menos de puertas para adentro, no quiero que por haber ganado dos partidos nos pensemos que somos alguien. Porque no somos nada. Somos un equipo que tenemos que llevar la bandera de la humildad por delante. Por mucho nombre de club que tengamos. De puertas hacia adentro, tenemos que vivir cada partido como una final, como si fuera el último", expuso Lalo en el acto de puesta de largo del nuevo defensa central brasileño del Real Zaragoza.

"No quiero que, porque ganemos un partido, ya estemos aspirando a todo, a subir directamente. Y, porque perdemos otro, vamos a descender en 15 días", apostilló Lalo en alusión a los bandazos del ánimo que se aprecian habitualmente bajo el envoltorio del equipo en esta temporada tan abrupta.

"El que sabe jugar con humildad, normalmente es un equipo que está arriba. Y para eso hay que tener una estabilidad, no sacar pecho cuando ganas dos partidos, ni hundirte cuando pierdes uno, porque queda mucha temporada. Es necesaria la estabilidad", remató su exposición Arantegui. Fue una nueva dosis de su filosofía como máximo responsable deportivo del Real Zaragoza de 2018.