El paso del ecuador

Para el Real Zaragoza, comienza esta noche en La Romareda la segunda vuelta de la liga, en partido contra el Tenerife. Borja Iglesias regresa al equipo, ariete con el que gana poderosos argumentos.

Simonne Grippo, durante el entrenamiento de ayer del Real Zaragoza.
El paso del ecuador
Toni Galán

De algún modo, ésta es la segunda oportunidad que ofrece el campeonato al Real Zaragoza. Comienza la otra mitad de la liga, una fase en la que Natxo González, entrenador del bloque aragonés, espera  resultados acordes con sus ideales y, en consecuencia, un caminar más holgado y solvente que el presenciado durante la primera vuelta. Entonces hubo casi de todo: altos, bajos, momentos de elevadas expectativas y caídas hasta el punto en que nos encontramos.

De aquí, precisamente, quiere escapar el entrenador vitoriano, que vive en la convicción de que en este tramo segundo encontrará mayores rendimientos individuales y colectivas. Es su previsión. Porque la escuadra aragonesa estará más rodada. Porque el tiempo se supone que correrá a favor. Porque existe mayor conocimiento mutuo. Porque el Real Zaragoza no se rinde nunca y la resistencia heroica forma parte de la cultura colectiva. Por, en definitiva, una multiplicidad de razones que permiten pensar de este modo.

El anhelo de un tiempo mejor y de un Real Zaragoza asimismo  mejor responde, con toda seguridad, a una perspectiva amplia y compartida. Atañe al entrenador y, por supuesto, a todo aquel que siente los colores blanco y azul y valora el significado presente e histórico de la entidad, vestida bajo el ropaje de sociedad anónima deportiva. A Natxo González, de hecho, se le ha entregado y renovado la confianza desde todos los ámbitos, desde los órganos colegiados e individuales internos y también desde el exterior.

En el paso del ecuador de la campaña se presenta el Tenerife, que visita La Romareda con marcadas pretensiones; pero con evidentes debilidades, de las que acaso se pueda extraer provecho.  

La escuadra tinerfeña, dirigida por José Luis Martí, quien fuera fino centrocampista del Sevilla y del Mallorca, acusa por lo general el hecho de jugar fuera de casa. Como visitante sólo ha conseguido ganar dos partidos, uno de ellos, además, de reciente factura. Es en el Heliodoro Rodríguez López donde enseña sus fortalezas y donde ha nutrido sus  esperanzas de pelear por los grandes objetivos de la campaña.

Esta noche acumula, además, cuatro bajas importantes, entre las que se cuenta la de Paco Montañés, interior que en su día pasó por la disciplina del Real Zaragoza.

Puede ser, en todo caso, que la cuestión crucial del encuentro entre aragoneses y canarios no sean tanto las hechuras o la morfología del rival como el modo de competir del Real Zaragoza, al que se le han negado algunos resultados de triunfo por andar espeso en los metros finales, en el momento de la definición o de soltar o filtrar un pase exacto y preciso ante la meta contraria.

En este sentido es relevante el regreso de Borja Iglesias a los engranajes del equipo. El delantero gallego, que ha debido recuperarse de una lesión muscular, desempeña funciones en la vanguardia  según lo hacen los arietes dotados de instinto y presencia rotunda. Con él en la vanguardia, cambia el modo de resolver  el juego ofensivo, al que presta un arco de recursos amplio, variado, tanto de cara a la meta contraria como cuando es preciso recibir de espaldas o buscar espacios libres.

Por lo demás, en cuanto toca a la composición de la alineación, Natxo González cuenta con un libro de estilo lleno de hojas en blanco. Sin acudir a tiempos más  lejanos, ayer volvió a abrir una página bastante limpia y que quizá funcione como aviso para navegantes. Dijo que esta noche jugarán Daniel Lasure y diez más. 

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